Estrés, ansiedad y falta de concentración, son solo algunas consecuencias de dormir mal. La falta de sueño se asocia con muchos problemas de salud física y mental y si nos referimos a la adolescencia esos problemas son especialmente preocupantes. Los especialistas en trastornos del sueño explican que los adolescentes españoles duermen una media de seis horas al día, algo que no es suficiente a esas edades.
Hace ya algunos meses la neuróloga de la SEN Ana Fernández Arcos explicaba en niusdiario.com que, «Los adolescentes están durmiendo mucho menos de lo que necesitarían. Si un adulto debería dormir entre siete y nueve horas, los adolescentes deberían dormir nueve horas, o diez incluso, pero van muy cortos de sueño en general».
El mismo medio se refiere a un reciente estudio que un grupo de científicos del prestigioso Instituto Karolinska de Suecia han publicado en la revista Journal of Neurology, Neurosurgery and Psychiatry, cuyos resultados no son especialmente alentadores. Y es que el organismo lleva años trabajando en epidemiología de la esclerosis múltiple y hace estudios muy rigurosos, tal y como explica el neurólogo Pablo Villoslada en SMC España.
Celia Oreja-Guevara, jefa de Sección de Neurología y coordinadora de la Unidad de Esclerosis Múltiple en el Hospital Clínico San Carlos, habla también de los resultados del estudio así, «El estudio concluye que el sueño insuficiente de menos de siete horas y de mala calidad durante la adolescencia aumenta el riesgo de aparición de la esclerosis múltiple».
Sin embargo para Villoslada, que valora el trabajo de los investigadores suecos, añade ciertos matices sobre el riesgo de esclerosis debido a la falta de sueño en esa etapa de la vida, «la mayoría de adolescentes están faltos de sueño, pero esto no tiene por qué aumentar el riesgo de la esclerosis múltiple. En este estudio demuestran que dormir menos de siete horas aumenta ligeramente ese riesgo”, el neurólogo añade que esto podría deberse a «una peor regulación de la respuesta inmunitaria, debido al estrés crónico de la falta de sueño. Todas las funciones fisiológicas como sueño y respuesta inmunitaria están muy relacionadas entre sí» y la esclerosis es precisamente una enfermedad neurológica autoinmune. Es decir, «no quiere decir que esto sea la causa, podría ser la consecuencia de estar ya incubando la enfermedad (lo que se llama el pródromo de la enfermedad en medicina)».
Por otra parte para Oreja-Guevara es un estudio “muy bien hecho” aunque con algunas limitaciones como que «no han podido descartar al cien por cien otros factores, como estrés y hábitos dietéticos” en el mismo, habla de la necesidad de replicarlo en otras poblaciones y que “aporta un nuevo e importante factor de riesgo”, porque es “prevenible y evitable”.
“Se podría educar a los adolescentes a dormir por lo menos siete horas y no reducir las horas de sueño por el uso de las redes sociales, entre otras cuestiones”, propone y además habla de otros factores de riesgo en la aparición de la enfermedad, “Hay una serie de factores de riesgo que influyen en la aparición de esta enfermedad, como la infección por el virus de Epstein Barr, la obesidad en jóvenes, poca vitamina D, mala dieta, etc…”.
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