Desde 20Minutos hablan de estadísticas preocupantes al respecto, ya que «una de cada tres mujeres y uno de cada cinco hombres mayores de 50 años sufrirán una fractura como consecuencia de esta enfermedad a lo largo de su vida» y es espera que dentro de diez años hayan aumentado en España las fracturas por fragilidad en un treinta por ciento.
Las roturas de cadera, vértebra y antebrazo, son las más frecuentes y de nuevo cifras alarmantes. «Cada año se producen en nuestro país alrededor de 330.000 fracturas por osteoporosis. y se estima que son responsables de la pérdida de 12 años de vida por discapacidad», explican. Y es que un año después de haberse producido la fractura, casi la mitad de los pacientes continúan sin poder caminar por si mismos. Además, el 64% de las mujeres que han presentado una fractura por fragilidad no recibe tratamiento posterior contra la osteoporosis.
Algo lamentable si tenemos en cuenta que muchas de estas fracturas podrían prevenirse. El mismo medio recoge declaraciones de la doctora Rosa Arboiro, coordinadora del Grupo de Trabajo de Osteoporosis (GTO) de la SEMI (Sociedad Española de Medicina Interna), en los que señala como factores de riesgo de la osteoporosis, «la edad, el sexo femenino, la fractura de cadera en los progenitores, el haber presentado una fractura por fragilidad previa, el tabaquismo, el consumo de alcohol, la falta de actividad física, el bajo peso, enfermedades endocrinológicas e inflamatorias intestinales y tratamientos como los glucocorticoides”.
Tal y como apuntan desde ucbcares.es, «unos hábitos poco saludables como el tabaco, el consumo excesivo de alcohol o una dieta pobre afectan a nuestra densidad mineral ósea; convirtiéndonos en candidatos idóneos para sufrir una fractura por fragilidad».
Y es que se trata de una enfermedad que desgraciadamente no da síntomas hasta que se produce la fractura, de ahí la importancia de la prevención. La Dra. Inmaculada Carvajal, del Servicio de Reumatología del Hospital Nuestra Señora del Rosario explica que «el diagnóstico se hace con una correcta historia clínica, exploración del paciente, analítica general y radiografía de columna.»
La doctora Arboiro señala además la existencia de dos técnicas de imagen no invasivas para medir la calidad y cantidad ósea, «ambas se basan en la aplicación de un programa informático específico en cada caso a los archivos de la densitometría ósea, proporcionando información sobre la calidad y la microestructura ósea. Esto las convierte en técnicas muy accesibles para la investigación clínica”.
MÁS SOBRE: