Sin embargo, la OCU ha realizado una encuesta donde ha detectado que el 56% de las personas no las lee con atención. Un millar de personas entre 18 y 79 años que nunca leen las etiquetas han participado en el estudio.
Entre las razones para no hacerlo han dado que revisarla requiere demasiado tiempo, que no tienen la costumbre de hacerlo, que son difíciles de entender y que cuesta encontrar en ellas la información que se busca. Pero entre aquellos que no prestan atención a las etiquetas, la razón que predomina es el tamaño de la letra de la misma.
Además, desde lasprovincias.es explican que «los resultados también muestran que el 44% de los consumidores suele prestar mucha atención a la etiqueta cuando compra un producto por primera vez, otro 47% asegura que la mira ‘por encima’ y el 9% no la lee ‘nunca’. Entre los que sí se fijan, casi la mitad –principalmente personas mayores– se queja de que le resulta ‘difícil’ comprender la información nutricional que viene en el envase».
Por eso desde la Organización de Consumidores reclaman a la Asociación Española de Seguridad Alimentaria que las etiquetas contengan una letra más grande ya que actualmente el tamaño mínimo establecido es de 1,2 milímetros, pero en envases pequeños incluso se reduce a 0,9 milímetros, además de que «suelen ir impresas en material plástico, con brillos o con poco contraste entre la fuente y el fondo» lo que hace más complicada su lectura.
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