El ‘truco’ de las marcas para que no leas las etiquetas de los productos

La OCU ha realizado un estudio al respecto

Ana Más

Leer las etiquetas de los productos que compramos cada día en el súper es un gesto ya habitual para muchos consumidores que quieren conocer los niveles de azúcar, sal, grasas o conservantes que contiene un alimento en cuestión.

Sin embargo, la OCU ha realizado una encuesta donde ha detectado que el 56% de las personas no las lee con atención. Un millar de personas entre 18 y 79 años que nunca leen las etiquetas han participado en el estudio.

Entre las razones para no hacerlo han dado que revisarla requiere demasiado tiempo, que no tienen la costumbre de hacerlo, que son difíciles de entender y que cuesta encontrar en ellas la información que se busca. Pero entre aquellos que no prestan atención a las etiquetas, la razón que predomina es el tamaño de la letra de la misma.


La OCU demanda que etiquetas de los productos tengan la letra más grande

El hecho de que su letra sea demasiado pequeña hace que el 52 por ciento de los consumidores reconozcan que no prestan atención a la etiqueta, algo que sube al setenta por ciento en el caso de los mayores de sesenta años.

Además, desde lasprovincias.es explican que «los resultados también muestran que el 44% de los consumidores suele prestar mucha atención a la etiqueta cuando compra un producto por primera vez, otro 47% asegura que la mira ‘por encima’ y el 9% no la lee ‘nunca’. Entre los que sí se fijan, casi la mitad –principalmente personas mayores– se queja de que le resulta ‘difícil’ comprender la información nutricional que viene en el envase».

Por eso desde la Organización de Consumidores reclaman a la Asociación Española de Seguridad Alimentaria que las etiquetas contengan una letra más grande ya que actualmente el tamaño mínimo establecido es de 1,2 milímetros, pero en envases pequeños incluso se reduce a 0,9 milímetros, además de que «suelen ir impresas en material plástico, con brillos o con poco contraste entre la fuente y el fondo» lo que  hace más complicada su lectura.

La OCU considera que, si podemos leer bien las etiquetas, esto redundará en una compra más reflexiva que a su vez contribuirá en que los consumidores prioricen los alimentos más saludables.

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