Hay fragancias energizantes como los geles con notas cítricas o más relajantes como la lavanda. Bastará con utilizar una cantidad aproximada de una o dos cucharadas de gel cada vez que nos duchemos, emulsionar e ir lavando por orden partes íntimas, axilas, cuello, pies y resto del cuerpo. Bastará una sóla jabonada una vez al día, nunca más de dos.
Pero ¿cómo es mejor enjabonarse, con o sin esponja?. Desde sabervivirtv.com explican que los dermatólogos cada vez desaconsejan más su uso ya que « la esponja puede alterar la barrera protectora de la piel y además es un reservorio de patógenos».
La alternativa es clara, utilizar nuestra propia mano, sin más ya que «simplemente el agua de la ducha cayendo por todo el cuerpo ya afecta a la capa de lípidos que protege la piel. Ni siquiera necesitaríamos utilizar jabón a diario, tampoco en los genitales», explican desde el mismo medio.
Desde el que también aluden a un estudio estudio publicado en Journal of Clinical Microbiology que analizó la cantidad de bacterias potencialmente patógenas para nuestra piel que se acumulan en las esponjas de lufa, que son un tipo de esponjas naturales con efecto exfoliante. Pues bien, comprobaron que este tipo de esponja eran idóneas para que crecieran en ellas bacterias dañinas del tipo de Pseudomonas, Xanthomonas, Klebsiella, E.coli, Enterobacter, Enterococcus o Streptococcus del grupo B.
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