Por qué te estresa el estrés ajeno: es contagioso pero puede prevenirse

La explicación a esto parece estar en las llamadas “neuronas espejo”

Ana Más

Seguramente en algún momento hayas sufrido estrés y es que el ritmo diario al que estamos sometidos y algunos momentos o situaciones puntuales, además de nuestro carácter que puede predisponernos más o menos a tenerlo, hacen que sea algo bastante frecuente. Pero ¿sabías que existe el estrés empático?, esto es al menos lo que dicen algunos estudios científicos. Te lo contamos.

Desde elconfidencial.com se refieren a un artículo publicado en 2014 en la revista Psychoneuroendocrinology, que explicaba que el estrés se podía transmitirse entre personas. Según los autores ver a otra persona en una situación estresante puede hacernos liberar cortisol, una hormona involucrada en la respuesta al estrés. Algo que se denomina estrés empático y es más frecuente si la persona a la que vemos angustiada es un amigo o un ser querido, aunque sucede también cuando el que vemos sufrir es un extraño.

Más estudios sobre el estrés ajeno

Este no es el único estudio en este sentido, desde la web rinconpsicologia.com se refieren a otro estudio realizado por neurocientíficos de la Universidad de Calgary sugieren que el estrés que sufren los demás también puede afectar nuestro cerebro puesto que se trata de un estado emocional contagioso.

La explicación a esto parece estar en las llamadas “neuronas espejo”, algo que explica un artículo publicado en la revista Current Biology en 2013, al que se refieren desde El Confidencial desde dónde nos cuentan que son estas neuronas, «Se trata de unas células cerebrales que se activan al ver a alguien realizar una acción en particular, por ejemplo, un bostezo, y desencadenan una respuesta que fomenta la reciprocidad. Esto significa que, si una persona ve a alguien estresado, es posible que, sin querer, adopte su estado mental».

La buena noticia es que este estrés contagioso puede evitarse o al menos reducirse su impacto según los expertos, realizando actividades como hacer ejercicios de respiración, hacer ejercicio y tomar aire fresco. Además debemos prestar mucha más atención a nuestras relaciones interpersonales ya que somos empáticos por naturaleza y no es extraño que nos contagiemos del estrés ajeno.

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