«Tres cuartas partes del cerebro y el corazón se componen de agua, más del 80% de los pulmones y más 92% de la sangre es agua. El agua transporta nutrientes y oxígeno a todas las células de nuestro cuerpo y actúa como amortiguador de nuestros órganos ya que están rodeados por agua», matizan desde fundacionaquae.org.
Y es que la falta de agua puede provocar deshidratación y esta puede hacer que nos sintamos cansados y sin energía, pero antes de llegar a esto hay algunas señales que pueden estar alertándonos de que no estamos bebiendo lo correcto. La recomendación de la OMS es tomar entre un litro y medio y dos litros de agua al día.
Otro aviso que puede darnos el cuerpo de la falta de agua son las infecciones de orina, lo explican desde la revista Semana,«cuando el cuerpo está deshidratado, los riñones retienen la mayor cantidad de líquido posible para mantener su función. Esto puede conducir a una disminución de la micción. Pero además, si tomamos poca agua, la orina estará mucho más concentrada, por lo que permanecerá más tiempo en nuestra vejiga, y esto favorece las infecciones urinarias, sobre todo en las mujeres»
Además podemos notar que estamos hinchados, algo que sucede porque el organismo al no contar con bastante agua trata de retener esta al máximo y algo que tiene que ver con la piel, el órgano más grande de nuestro cuerpo que «al igual que el resto de los órganos, necesita la cantidad correcta de riego sanguíneo para funcionar», así que si la notas seca menos crema y más agua. Y algo que no te imaginas, falta de concentración puede tener que ver con la deshidratación, ya que si esta excede el dos por ciento de nuestro peso corporal, el rendimiento y la concentración disminuyen y mucho.
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