Cuanto más movamos nuestro cuerpo, ganaremos más beneficios para para nuestro corazón y nuestro organismo en general. De hecho, cada año fallecen alrededor de 20,5 millones de personas en todo el mundo por causas que afectan al corazón o a los vasos sanguíneos. Pese a ello, podemos ayudar a combatir esa cifra con acciones que están en nuestras propias manos y es algo tan sencillo como haciendo ejercicio de manera regular.
La Fundación Española del Corazón, demuestra que el 80% de las muertes prematuras por enfermedad cardiovascular se podrían evitar con hábitos saludables, por lo que el ejercicio se vuelve algo esencial. «El ejercicio físico mejora sobre todo el funcionamiento del endotelio vascular (capa de células que recubren el interior de las arterias) de las arterias coronarias, la aorta, arterias cerebrales y otras periféricas, lo que constituye una defensa frente a la aterosclerosis y accidentes cardiovasculares», dice el doctor especializado en cardiología Luis Felipe Valenzuela.
Con esto, queda demostrado que al aumentar el tiempo que pasamos moviéndonos, mejoramos la presión arterial, el colesterol y disminuirá el riesgo de infarto o incluso de demencia ya que, al ejercitar el corazón, hacemos que este gaste menos energía para hacer llegar más sangre a las distintas partes del cuerpo. Así el cuerpo optimiza mejor sus recursos y mejora la eficiencia de su funcionamiento.
Realizar actividades físicas ayuda a que el corazón vaya más descansado y ante cualquier anomalía, lo que pueda ocurrir será menos grave. «El corazón del deportista no es solamente un corazón más eficiente, ya que se trata de un corazón que prioriza llenarse al completo antes que latir rápido, sino que además tiene una mayor fuerza contráctil y más volumen», explica el cardiólogo Juan Carlos Portugal.
Cualquier ejercicio es mejor que no hacer nada, empezando por lo más sencillo que es caminar hasta la práctica de cualquier otro deporte más complejo. Las caminatas son una gran ayuda a todo lo que hemos mencionado, pero también es necesario encontrar un punto de exigencia, que en cada cual será uno distinto.
Los más beneficiosos son los ejercicios aeróbicos, como pueden ser correr, remo, spinning, nadar, bicicleta, baile o patinar, y como habrás podido comprobar implican fundamentalmente al tren inferior o los 4 miembros. Además, es recomendable practicar deporte entre 3 y 5 días a la semana y durante 20 o 30 minutos cada día.
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