Como es lógico, el músculo es mucho más denso que el propio hueso y al hacer un entrenamiento de fuerza, el peso de la báscula podría aumentar considerablemente a medida que lo ejercitas. Muchas investigaciones recordaban que el tamaño corporal no se corresponde en su totalidad con gozar de una buena salud.
Según un profesor de Fisiología del Ejercicio en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, Lee Stoner, es más importante “la condición física” que la grasa para tener una buena salud cardiovascular y metabólica. Además, es vital para reducir el riesgo de mortalidad y la pérdida de movilidad, ssí lo ha declarado en el The New York Times.
Pero más allá del método tradicional que todos conocemos, pesarnos en una báscula, existen otras alternativas que podrían ayudarnos cómo de buena (o mala) es nuestra condición física. Así lo han confirmado varios expertos a dicha cabecera.
El experto aclara que una de las formas más sencillas que podrían ayudarte a medir tu condición física es la frecuencia cardiaca, es decir, la cantidad de veces que late tu corazón en un minuto sin realizar ningún tipo de esfuerzo físico.
Existen multitud de dispositivos inteligentes que podrían ayudarte a medirla, pero es cierto que no todos son igual de precisos. Lo que hace que sean poco confiables. También, puedes poner los dedos en la muñeca o en cuello y contar los latidos que detectas durante 15 segundos y después multiplicarlos por cuatro.
Tener un número de latidos pequeño es sinónimo de gozar de buena salud, ya que tu corazón trabaja de forma más eficaz porque no destina grandes esfuerzos para hacer llegar la misma cantidad de sangre a todas las partes del cuerpo.
Poco a poco irás notando que, a medida que la condición física mejora, la frecuencia cardiaca tenderá a reducirse, así lo ha afirmado el profesor de ciencias del deporte y ejercicio en la Universidad de Minnesota, Christopher Lundsrom.
Aunque también pueden mirar la frecuencia cardiaca tras hacer ejercicio y hacer un seguimiento para conocer cómo evoluciona la tendencia de una semana a otra.
La variabilidad de tu frecuencia cardiaca es otra alternativa que podría ayudarte a saber cómo está tu condición física. Se trata de un medidor que recoge cuánto fluctúa el ritmo cardiaco. Tener una mayor variabilidad se considera que gozas de una buena salud cardiovascular, mientras que una pequeña siempre será sinónimo de mejora.
“En reposo, la variabilidad de la frecuencia cardíaca baja muestra que el corazón está haciendo todo lo posible para mantenerse al día”, ha comentado Lundstrom para después añadir que “cuanto más en forma estés, más capacidad tendrá tu corazón para adaptarse y ajustarse realmente rápido a las demandas cambiantes”.
Otro de los puntos importantes a tener en cuenta es saber en qué punto está tu salud cardiorrespiratoria. Un buen medidor sería el test de consumo de oxígeno o VO2 Max, que tiene en cuenta también la capacidad de respuesta del corazón y los pulmones.
Pese a que este sistema solo se encuentra habilitado en centros especializados y sólo unos pocos tienen acceso, existen otras pruebas que podrías realizar desde el hogar y que te brindan la misma información. Una de ellas es la prueba de los tres minutos.
MÁS SOBRE: