En declaraciones a Telva la especialista en alimentación consciente, nutrigenomica y cocina energética María Kindelán explica, «En un mundo ideal, los temidos bajones de energía de media mañana o media tarde no existen. Pero en nuestro mundo sí que los hay, y seguirán existiendo si comes lo que no necesitas, ignoras tu verdadera gasolina, duermes menos que las hormigas, sales poco al campo y te espabilas a base de cafés».
La experta explica que se trata de aprender a comer y «escoger los alimentos para componer un plato nutritivo que nos aporte energía necesaria para cada tramo del día: mañana, tarde y noche.» Además clasifica los alimentos en dos grupos que actúan como extremos (el Yin y el Yang) y, en medio, sitúa el grupo de alimentos moderados.
Y continúa explicando qué alimentos pertenecen a cada grupo, «En el extremo Yang están alimentos como la sal, el queso, las carnes rojas, el embutido, los horneados de harina, los huevos y los condimentos salados que calientan, tensan, generan peso denso, vibración lenta, acumulan y forman una tapa emocional. En el otro lado, el Yin, hay una larga lista de alimentos entre los que se puede señalar las setas, espinacas, frutas tropicales, especias, lácteos blandos, levadura, soja cruda, algas de lago, azúcares blancos, estimulantes y alcohol que enfrían, dispersan, aportan chispa, sacan del centro, aportan una vibración rápida y te evaden emocionalmente.»
Pero habla de un tercer grupo, los alimentos moderados que son los que aconseja consumir de manera habitual. En ese grupo central están «el pescado salvaje, los cereales integrales, las verduras y frutas de temporada, las semillas, los frutos secos, las proteínas vegetales y los aceites de calidad». La razón para recomendar preferentemente el consumo de alimentos moderados está en que «cuando consumes alimentos de uno de los extremos, al cuerpo le apetece compensar con alimentos del extremo contrario para que la energía se estabilice». Se trata de lograr el equilibrio energético y para ello es importante empezar a tomar alimentos que nos den energía duradera.
En el desayuno apuesta por infusiones, fruta de temporada y cremas caseras con cereales completos. Para la cena evitar los platos fuertes, muy grasientos, salados o dulces y elegir carbohidratos en función de lo que hayamos comido antes.
MÁS SOBRE: