Y es que desde el mismo medio explican que «la exposición prolongada a las pantallas de móviles y ordenadores también puede propiciar la aparición de manchas, disminuir la generación de colágeno y resecar la piel».
Los expertos señalan a la luz azul de las pantallas como uno de los agentes nocivos más peligrosos además de ser un activador del envejecimiento. Entre sus efectos está que suprime la melatonina, la hormona del sueño, esto hace que el cuerpo esté activo cuando debería estar descansando y realizando sus funciones de renovación celular.
Pero no es el único efecto de la luz azul, que puede además entrar en la piel, creando radicales libres y rompiendo las estructuras celulares. Todo ello origina que la elasticidad de la piel disminuya además de dañar la estructura de sus células.
El término se refiere a las consecuencias en nuestra piel del rostro del uso constante de dispositivos electrónicos. «es la consecuencia de la sobre exposición de la piel a la luz azul, la luz de las pantallas de los dispositivos electrónicos», explican desde hogarmania.com.
La buena noticia es que se puede prevenir con el uso de fotoprotectores, un descanso nocturno adecuado (lo que implica dormir siete u ocho horas y sin dispositivos móviles cerca), tomar alimentos ricos en antioxidantes (tomate, brócoli, ajo y chocolate negro entre otros) y utilizar filtros de luz azul en nuestros dispositivos, la mayoría de ellos ya los tienen.
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