Ambos se conocieron en la universidad y durante siete años mantuvieron un noviazgo, pero cuando estaban a punto de casarse ella le dejó por otra persona, algo que fue un punto de inflexión para Torres que intentó entonces aceptar su orientación sexual.
«Me tuve que obligar a aceptarme. Me paso siete años de mi vida tratando de aceptar mi homosexualidad, y yo lo odiaba. Odiaba el ambiente gay, cada vez que me acostaba con alguien vomitaba», explicaba.
Después retomaría su relación con la pintora con la que quiso entonces ser totalmente honesto. Tal y como explican desde divinity.com, » Le confesó que había pasado todo ese tiempo tratando de aceptar su sexualidad, pero que estaba dispuesto a darle una segunda oportunidad porque en el pasado habían tenido momentos felices juntos. Durante esta conversación, también le dejó claro que una de sus condiciones para volver a estar juntos era no tener hijos».
Una condición que sin embargo no se cumplió ya que llegaron Álvaro y Manuel, sus dos hijos. Cuenta el arquitecto que lo más difícil en su vida fue contarles que era homosexual, tenía terror a decírselo. Y es que los niños cuando la pareja se separó eran muy pequeños, siete y dos años, pero los rumores que su niño mayor había escuchado en la escuela, le hicieron dar el paso.
Por eso le explicó lo siguiente, «Sé que te han dicho que papá tiene un gran secreto, pero no tengo ningún secreto y menos para ti. Pero no he hablado de esto contigo porque no sabía si lo ibas a entender. A papá le gustan los hombres. Dejé a mamá y ahora estoy enamorado de un hombre». Aunque sin duda el pequeño fue quién le dió toda una lección a su padre, al que le dijo, «Papá, no me importa nada, yo lo que quiero es que seas feliz». Algo que se ha tomado en serio y feliz le hemos visto recientemente en su boda con Raúl Prieto el pasado 19 de Mayo.
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