Según ha recogido la revista Semana, el entorno más cercano de Elena Tablada ha confirmado que ella «lo único que quiere es que sus hijas se sigan criando con la misma calidad de vida que han tenido hasta ahora«. Días atrás, la diseñadora de joyas confesaba que la habían «engañado mucho en este último tiempo». La relación entre ambos parecía ir bien hasta que la joven pronto descubrió que Javier Ungría no era «el hombre que parecía ser«, tal y como confirman en Semana. De hecho, su círculo más íntimo afirmó a esta cabecera que Elena Tablada «ha estado mucho tiempo aguantando un difícil convivencia» y a través de pruebas y testimonios se ha dado cuenta «de la doble vida» que ha llevado su expareja.
Desde la cabecera también han asegurado que se han intentado ponerse en contacto con la diseñadora, pero que esta no ha querido entrar en muchos detalles y solo ha expresado que se encuentra «triste» y «desolada» ante la idea de que esta situación pueda a afectar a la hija que tienen en común. Pese a sus rencillas, la expareja ahora batallan en los tribunales por un motivo bien distinto: el bienestar de la menor. Javier Ungría considera que todas las acusaciones que ha vertido la diseñadora sobre él son una estrategia y ella, por su parte, asegura que lo único que quiere «es lo mejor» para su hija.
Según han contado desde el círculo más íntimo de Elena Tablada a la revista, la diseñadora no exige nada; de hecho, ha rechazado «cualquier tipo de compensación que le pudiera pertenecer. Lejos de que esta historia acabe aquí, una vez más desde entorno de Elena Tablada, y según esta revista, han asegurado que Ungría «ha vivido seis años gratis en la casa de David Bisbal. Antes Elena no tenía problemas económicos y este hombre ha trastocado su estabilidad para criar a sus hijas». Es más, el origen de su supuesta disputa se centraría justo en este último aspecto.
El empresario ha exigido la custodia compartida y una mensualidad de hasta 500 euros, algo con lo que Elena no estaría de acuerdo y que piensa «luchar hasta el final», ya que como ha defendido en los últimos meses lo que quiere es que su hija siga manteniendo la misma calidad de vida con la que se han criado hasta ahora.
«Las conversaciones que Javier mantiene con ella son horribles. Faltas de respeto y acusaciones sin fundamento son el pan diario de Elena en los últimos meses», han desvelado sobre la relación que mantienen en la actualidad. De hecho, la cabecera también ha declarado que el empresario ha incluido en su demanda por la custodia determinadas informaciones privadas sobre el nivel de vida de la diseñadora para tratar de justificar el alto nivel de vida que lleva. «Todo lo hace para desprestigiar a Elena«, han puntualizado desde el entorno a la revista.
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