Hace más de un mes que Daniel Sancho fue recluido en la prisión de la isla tailandesa de Samui. Allí, el hijo del actor espera su juicio por el asesinato del cirujano colombiano Edwin Arrieta. Mientras la Policía finaliza su investigación, aún persisten numerosas incógnitas sin resolver.
Una de las incógnitas clave es la razón detrás del crimen. Se conoce que Sancho y Arrieta se conocieron a través de las redes sociales y se encontraron en Tailandia, donde lamentablemente el chef le arrebató la vida al cirujano. Se ha especulado mucho sobre los motivos detrás de este acto, y recientemente surgió una nueva hipótesis durante una conversación en Fiesta. En el programa se habló de la posibilidad de que un suceso traumático haya transformado irrevocablemente la vida de Daniel Sancho.
El megacín presentado por Emma García sigue abordando el caso más inquietante de las últimas semanas. Los colaboradores continuan haciendo especial hincapié en un problema destacado: la ausencia de un abogado local en suelo tailandés. Esto podría representar un desafío significativo para la defensa, ya que es requisito obligatorio que el acusado sea representado por un abogado del país.
Esta carencia de un abogado local se suma a un cambio en el equipo legal en España, ahora bajo la dirección del renombrado penalista Marcos García Montes. Todavía están finalizando los detalles y la transferencia de documentación del caso. En relación a esto, una de las colaboradoras del programa aportó un dato que hasta ahora no se conocía.
Como se detalló en el programa de Telecinco la actitud actual de Daniel Sancho no sería fortuita. La colaboradora quiso poner de manifiesto que hace ocho años, el hijo del actor Rodolfo Sancho habría experimentado un evento extremadamente traumático que habría tenido un impacto perdurable en su vida.
Según esta colaboradora, el suceso se había solucionado «con más o menos fortuna«, pero parece que la realidad es totalmente distinta. Es más, se refieren incluso a una frase clave de la carta que Rodolfo Sancho mandó a la familia del fallecido.
«Es obvio, tuvo algún tipo de brote psicótico o que tenía alguna enfermedad mental que nunca había aflorado«, escribe Rodolfo en la carta. «Pero, sin duda, no hay disculpa ni perdón para lo que ha hecho«. La misiva finaliza con un mensaje muy personal, en el que el intérprete le pide a la familia de Edwin que «tarde o temprano» encuentren «la paz» en sus corazones». «Yo no sé si volveré a encontrarla«, admite.
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