En un mundo cada vez más digitalizado, donde la tecnología está presente en casi todos los aspectos de nuestras vidas, es crucial reconocer la importancia de desconectar y encontrar un equilibrio saludable entre el uso de la tecnología y nuestro bienestar, para encontrar así la felicidad.
El avance tecnológico ha brindado multitud beneficios para la sociedad, como la conectividad instantánea, acceso a cualquier tipo de información o entretenimiento y oportunidades sin precedentes. Sin embargo, el uso excesivo de dispositivos electrónicos y la constante exposición a las redes sociales tienen un impacto negativo en nuestra salud mental, emocional y física.
Una de las razones por las cuales es importante desconectar es para prevenir el agotamiento digital. Estar constantemente conectados y expuestos a estímulos digitales puede llevar a la fatiga mental, la dificultad para concentrarse y la falta de sueño. Muchas veces pasamos horas conectados sin ni siquiera darnos cuenta del tiempo que realmente hemos estado pegados a la pantalla. Desconectarse de forma regular ayuda a reducir la sobrecarga cognitiva y promueve la relajación y el descanso adecuado.
Además, el tiempo pasado en línea puede afectar nuestras relaciones interpersonales y nuestra capacidad para conectarnos con los demás de manera significativa. La dependencia de la tecnología puede llevar a la falta de atención en las interacciones cara a cara, a perder esa práctica que se adquiere, precisamente, enfrentándose a este tipo de situaciones. Además, construimos una necesidad constante de estar pegados a internet tratando de descubrir qué sucede o qué comparten los demás.
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Desconectar nos brinda la oportunidad de estar presentes en el momento y establecer conexiones reales con quienes nos rodean. Damos paso a dedicar tiempo a actividades que nos brindan alegría y bienestar. Al reducir el tiempo que pasamos frente a las pantallas, comenzamos a participar en actividades físicas, practicar aficiones, leer libros, disfrutar de la naturaleza o simplemente relajarnos. Estas actividades nos ayudan a mantener un equilibrio en nuestra vida y a cultivar un mayor bienestar emocional y espiritual que nos ayuda sentirnos mejor con nosotros mismos y con lo que nos rodea.
Es fundamental establecer límites cuando se trata del uso de la tecnología. Algunas estrategias efectivas incluyen establecer períodos específicos de desconexión, crear zonas libres de tecnología en casa, establecer reglas para el uso de dispositivos durante las comidas y antes de acostarse o al levantarse, entre otras.
Al proponernos a nosotros mismos una serie de reglas, aprovecharemos mucho más las 24 horas del día. Sentiremos que tenemos más tiempo para hacer todo aquello que tengamos pendiente en la lista de tareas, o simplemente, dejaremos espacio para la relajación y la desconexión de la rutina.
Una buena ayuda para comenzar, aunque puedas creer complicado al principio, puede ser activar las funciones de bienestar digital disponibles en los móviles. Estas consisten en establecer recordatorios sobre el tiempo de uso del dispositivo y en la implantación de límites de tiempo, restringiendo así el periodo que puedes utilizar el teléfono cada día.
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