El chocolate ayuda a combatir la ansiedad: ¿mito o realidad?

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Seguramente cuando te hayas sentido algo más triste se te haya antojado picar algo de dulce o de esos productos que tenemos prohibido comer todos los días. Un ejemplo de esto es el chocolate, la vieja confiable y algo que a casi todo el mundo le gusta cuando se encuentra en un momento de bajón.

De toda la vida se ha pensado, muchas veces a modo de broma, que la comida que nos gusta nos hace más felices, pero es que realmente no es mentira, es una verdad como un templo. Aunque no haya alimentos mágicos, los hay que regulan y equilibran los niveles de cortisol o serotonina, hormonas que influyen directamente en el estrés y el estado de ánimo, entre otros.

En esta ocasión hablamos más concretamente del cacao y el chocolate, que a veces lo percibimos como un alimento prohibido, pero realmente puede ayudarnos más de lo que nos pensamos, más allá de disfrutar de su sabor.

El chocolate puede ayudarte a ser más feliz

Está demostrado que el chocolate reduce el cortisol, hormona del estrés, y contiene flavonoides, que ayudan en la relajación y en el flujo sanguíneo. Pese a ello, no hay que olvidarse de ingerirlo en su justa medida y combinarlo con una dieta sana y rica en vitaminas, minerales, ácidos grasos, proteínas y carbohidratos, todo ello con el objetivo de aumentar los niveles de hormonas de bienestar como la serotonina.

En este sentido, la médico nutricionista Carmen Lorente, dice lo siguiente: «El cacao nos ayuda a combatir la ansiedad porque activa los receptores de dopaminas y endorfinas, pero ojo con considerarlo la panacea para ello porque el estrés nos lleva a buscar soluciones inmediatas en la comida y siempre sin pautas adecuadas, por lo que buscamos saciar a cortísimo plazo sin calcular la cantidad que debemos ingerir».

Además, es recomendable que el cacao sea superior al 70%, que sea amargo y cuando más negro, mejor. Esta ingesta puede llegar a ser buena si es de unas tres onzas al día, siempre y cuando se coma con moderación, conocimiento y por la mañana, que es cuando el cuerpo necesita más esos nutrientes.