En un mercado laboral con una alta tasa de desempleo, las empresas tienen problemas para contratar determinados perfiles
Más de la mitad de los trabajadores españoles ha sufrido quiet firing, el fenómeno del despido silencioso, en los últimos tres años
El descanso y los momentos de reflexión de las vacaciones se traducen en la promesa de retomar el deporte, adquirir hábitos de alimentación saludables… o buscar un nuevo empleo. Muchos trabajadores se hacen preguntas relacionadas con su futuro profesional, contemplando en ocasiones la posibilidad de un cambio en su carrera. Para las compañías es también un momento clave, en el que empezar a definir los objetivos del próximo año y retomar la contratación de talento para sus equipos.
En este contexto la plataforma de empleo InfoJobs, publica una nueva edición de su Informe sobre Intención de Cambio de Empleo, cuya principal conclusión es que el 16% de los trabajadores españoles se plantea cambiar de empleo en los próximos 12 meses, un resultado prácticamente igual al del año pasado (17%).
El porcentaje de intención de cambio de empleo más elevado de los últimos cuatro años lo encontramos en 2020, antes del inicio de la pandemia. En aquel entonces, hasta el 23% de los profesionales de nuestro país llegó a pensar en cambiar de trabajo (ola de febrero). Sin embargo, la incertidumbre económica actual parece impulsar a los españoles a perseguir la estabilidad en su puesto laboral.
Por otro lado, el 65% de quienes se plantean dejar su empleo asegura que en ningún caso lo abandonaría sin tener otra oferta (la tasa de desempleo actual en nuestro país es del 11,7%, según los últimos datos de la EPA), y a un 10% no le preocupa dejarlo aunque no pueda encadenarlo con otro empleo. A pesar de las altas cifras de paro, muchas empresas siguen teniendo problemas para encontrar el talento que necesitan. En su informe sobre Escasez de Talento, InfoJobs ya señalaba esta paradoja por el desajuste entre las competencias que pide el mercado y las dificultades de las compañías para contratar (sobre todo por la falta de competencias técnicas y la escasez de determinados perfiles en el mercado laboral), con procesos de selección que se alargan cada vez más, y constataba la necesidad de apostar por la formación especializada y que los profesionales dispongan de competencias específicas.
El salario se mantiene como principal motivo para cambiar de empleo…
En cuanto a las razones que llevan a los españoles a querer cambiar de trabajo, ganar más dinero sigue siendo el principal factor movilizador: el 51% de los profesionales asegura que cambiaría de empleo a cambio de tener un salario más elevado. Este dato se mantiene con respecto a 2022, aunque en 2021 era del 74%.
El salario es el aspecto más relevante para todas las franjas de edad, aunque obtiene los mayores porcentajes entre los jóvenes (con el 64% de las menciones en el segmento de 16 a 24 años) y en los mayores de 55 años (con el 57% de menciones). Más allá de esto, según va creciendo la edad de la población activa, cobran peso otros motivos como trabajar en un proyecto motivador (45% de las menciones en el grupo de más de 55 años) o tener un empleo con menor estrés (29% de menciones en esa misma franja de edad).
Cabe mencionar que, según datos de la última Encuesta de Estructura Salarial del Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2021 el salario más frecuente en España fue de 1.542 euros al mes en doce pagas y apenas subió un 0,1% respecto al ejercicio anterior. En este sentido, no resulta extraño que el salario sea el aspecto más relevante para aquellos con ingresos inferiores a 1.000 euros (un 63% de las menciones), mientras que los que ganan entre 1.001 y 2.000 euros se centran más en la conciliación (un 36% para aquellos con sueldos entre 1.501 y 2.000 euros y un 35% para los de 1.001 y 1.500 euros). Los que cobran más de 2.000 euros apuntan como principal razón trabajar en un proyecto motivador (45% de las menciones).
… pero la conciliación gana más peso
Además del salario, y en comparación con los resultados del año pasado, quienes tienen intención de cambiar de empleo también tienen en consideración otros aspectos. En concreto, la conciliación se valora cada vez más: la búsqueda de mejores condiciones para conciliar la vida laboral y familiar registra un 32% de menciones (31% en 2022) y la posibilidad de compaginar la vida personal y profesional obtiene un 24% (frente al 22% de 2022).
Por el contrario, la flexibilidad desciende. Mientras que en 2022 contar con mayor flexibilidad horaria obtuvo el 27% de las menciones y ocupaba la cuarta posición; en 2023 baja hasta el 19%. También adquiere mayor relevancia el salir de un ambiente de trabajo tóxico, con el 23% de las menciones (18% el año pasado).
Jóvenes y con una renta inferior a 1.000 euros al mes, los más predispuestos
Por lo general, existe una relación directa entre la edad y el cambio de empleo: el 36% de los profesionales de entre 16 y 24 años y el 30% de los de 25 a 34 años pretenden cambiar de empleo a corto plazo. En cambio, prácticamente la totalidad (95%) de los mayores de 55 años descartan esa posibilidad.
Por nivel de ingresos, 1 de cada 3 trabajadores con sueldos de hasta 1.000 euros tiene pensado cambiar de empleo. En contraposición están quienes tienen ingresos de más de 2.000 euros, que no valoran tanto realizar este cambio (11%).
En línea con este último motivo comentado, en la encuesta de InfoJobs también se hace referencia al quiet firing o despido silencioso. Este fenómeno se define como la forma de actuar de determinados dirigentes o empresas, que tiene como objetivo desmotivar al trabajador y conseguir su renuncia voluntaria. El informe de la plataforma indica que el 57% de los trabajadores afirma haber sufrido alguna de las situaciones asociadas a este hecho en los últimos tres años.
De entre quienes afirman haberlo padecido, un 25% se han encontrado con una mayor carga de trabajo sin justificación. Aparecen también otras situaciones como el estancamiento laboral (24%) o no recibir valoraciones positivas aun habiendo conseguido los objetivos (20%). Por género, se observa que los hombres han sufrido en mayor medida una congelación de salarios (16% frente al 11% de mujeres), una reducción de recursos (13%, frente al 10% de las mujeres) y de carga de trabajo (4% vs. 3% de las mujeres).