Han sido muchas las veces en las que hemos hablado sobre cómo perder grasa abdominal y es que el abdomen es una de las zonas más propensas a acumular esa grasa y por eso son muchas las personas a las que les preocupa cómo perderla, no se trata sólo de una cuestión estética sino también de salud, ya que hay estudios que sugieren que la acumulación de grasa en esta zona está relacionada con enfermedades del corazón y diabetes tipo dos.
En este sentido ya hay algunos estudios de cómo afecta el sueño a la obesidad, hoy te hablamos de una investigación de la que se hizo eco el diario 20Minutos en su sección de Salud, un artículo publicado en la revista científica Journal of the American Collage of Cardiology, que concluía que «el aumento de peso en sí mismo no es tan significativo. Lo que sí es notable es el aumento de los depósitos de grasa, y concretamente la grasa abdominal visceral.«
El experimento fue llevado a cabo con doce individuos sanos a los que se asignó al grupo de control que dormía nueve horas o al de sueño restringido que dormía cuatro. Durante dos sesiones y 21 días en los que tenían libre acceso a la comida, se monitorizó su ingesta y gasto calóricos además de su peso, su distribución de grasa incluyendo la abdominal y sus biomarcadores del apetito.
Duerme lo suficiente si quieres reducir barriga
Los investigadores comprobaron que aquellos que dormían menos consumían 300 calorías diarias más, además de que consumían un 13% más de proteínas y un 17% más de grasas que durante el periodo de aclimatación, siendo igual el gasto energético.
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A pesar de todo este desajuste entre lo consumido y lo gastado no se traducía en un aumento del peso corporal sino de una acumulación de la grasa visceral, un nueve por ciento en el área total de grasa abdominal y un once por ciento en la grasa visceral, en comparación con el grupo que dormía las horas suficientes.
Según los autores esto implica que «el peso corporal como valor de referencia puede ocultar las consecuencias negativas para la salud de un descanso inadecuado, ya que no refleja el incremento en el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares o metabólicas derivado del aumento en la grasa visceral« y hacen hincapié en que la falta de un sueño suficiente es normalmente un problema de conducta (más que orgánica o psiquiátrica) por lo que se podría modificar, algo clave para reducir la mortalidad prematura.