Unos lo consideran una virtud, pues no necesitan alarmas para despertarse y lo hacen de manera natural, evitando lo violento que resulta a veces el sonido del despertador. Sin embargo, a muchos otros les da rabia cuando esto sucede, pues podían estar arañando algunos minutos más de sueño.
Ahora bien, ¿a qué se debe esto? ¿Por qué nos despertamos casi cuando está a punto de sonar el despertador? Todo apunta a que la culpa la tiene nuestro reloj interno, por el cual nuestro organismo sabe cuándo es momento de estar descansando y cuándo de estar activos.
Así lo señalan desde El País, y es que nuestro reloj interno está entrenado para regularse con la luz, pero también por los horarios de las comidas. Si comemos y cenamos siempre a una hora similar le estamos mandando información a nuestro cerebro también sobre cuándo llega el momento de dormir.
Por lo tanto, es la rutina diaria lo que hace que nuestro reloj interno se entrene y responda a un comportamiento. Esto es, si cada día despertamos a la misma hora y nos vamos a la cama casi siempre en el mismo momento, este aprende a funcionar por sí solo según unos hábitos, lo que hará que sepa cuando es el momento de despertarse y comenzar a activarse para arrancar el día.
Esto explica que nos habituemos a unos horarios e incluso no seamos capaces de despertarnos más tarde los fines de semana. Estos días de descanso muchos aprovechan para no poner despertador, pero se ven sorprendidos despertándose por sí solos a horas tempranas. ¿La razón? Nuestro cerebro está entrenado para despertarse solo.
Si eres de los que incluso con despertador le cuesta levantarse y termina aplazando numerosas alarmas, es probable que tu reloj biológico no esté entrenado para ello. En esto influyen horarios irregulares de sueño e incluso de comida. También el hecho de que nos vayamos a dormir tarde, pues si tenemos que madrugar, a pesar de despertarnos siempre a la misma hora nuestro cerebro no siente que ha descansado del todo, por eso no se despierta por sí solo.
MÁS SOBRE: