Siempre se ha defendido la idea de que un buen desayuno es imprescindible para un buen rendimiento y que no desayunar influye en nuestro rendimiento e incluso en nuestro estado de ánimo. Incluso hay estudios que relacionan el desayuno con el aprovechamiento escolar, como este al que nos referíamos hace un tiempo. Una reciente investigación, que lo ha hecho utilizando datos de El Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes (PISA), además, por competencias de aprendizaje (lectura, matemáticas y ciencias).
Una de las conclusiones fue que desayunar antes de ir a la escuela se asociaba con puntuaciones más altas en las pruebas PISA en las competencias de matemáticas y ciencias. Otros estudios han demostrado que desayunar tiene una importante influencia positiva sobre factores como la salud, los estados de ánimo, la autorregulación y la autoestima.
Sin embargo en el caso de los adultos desayunar ahora empieza a ser opcional. «En el ámbito administrativo y de altos mandos se ha observado que muchos ejecutivos se saltan el desayuno y esto no compromete su rendimiento si no que potencia su capacidad para tomar decisiones difíciles y estimula más su creatividad», explica la doctora González Garibay en un articulo en cronica.com.
Hay nutricionistas que defienden que el desayuno es una elección que debe ir en consecuencia con las necesidades del cuerpo. Es decir, si nos levantamos con hambre el cuerpo nos está diciendo que le falta energía y entonces debemos desayunar, por el contrario si no tenemos hambre no debemos comer por comer.
Por otra parte hay estudios, como este al que aluden desde Saber Vivir, realizado por el Centro Nacional de Investigaciones cardiovasculares Carlos III (CNIC) y dirigido por el cardiólogo Valentín Fuster, que reveló que quienes no desayunan tienen más riesgo de sufrir daños en las arterias. Incluso el doble de probabilidad de que se acumule grasa en sus arterias, lo que se conoce como ateroesclerosis.
«Hemos visto que la aparición de placas en las arterias se inicia en la juventud y el riesgo es mayor en personas que se saltan el desayuno o toman menos de un 10% de las calorías recomendadas en esta comida», ha explicado en la revista el cardiólogo.
Además el médico habla de otras consecuencias de no desayunar, la obesidad y el colesterol alto, «Las personas que desayunan una cantidad insuficiente de calorías suelen, a lo largo del día, ingerir una cantidad más alta de las que requiere su organismo durante el resto del día. Esto es perjudicial porque fomenta la obesidad y el colesterol alto«, explica.
A la vista de esto parece claro que si queremos cuidar nuestra salud, merece la pena hacer un desayuno sano y equilibrado cada día.
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