Sin embargo, tal y como explican desde 20minutos.es, «los usuarios europeos tienen por ley ‘derecho a reparar’ algunos de sus artículos eléctricos. Según dictaminó la Unión Europea en marzo de 2021, las empresas que venden refrigeradores, lavadoras, secadores de pelo o televisores en la UE deberán asegurarse de que esos electrodomésticos puedan repararse hasta por 10 años, para ayudar a reducir la enorme montaña de desechos eléctricos que se acumulan cada año en el continente».
En ese momento los eurodiputados del El Parlamento Europeo acordaron tal y como explican desde la web de noticias del Parlamento Europeo que«un derecho a la reparación efectivo debe abordar todo el ciclo de vida de un producto y tener en cuenta factores como el diseño, la producción ética, la estandarización y la información al consumidor, incluyendo el etiquetado sobre la reparabilidad y la contratación pública. Debe promover un uso más eficiente de los recursos, reducir los residuos y fomentar un uso prolongado de los productos».
Desde eldiario.es explican que el derecho a reparar es un movimiento que comenzó a principios de la década del 2000, «en respuesta a la creciente cantidad de residuos electrónicos que se generan. Su objetivo es facilitar que los consumidores puedan reparar sus dispositivos en lugar de comprar otros.»
Además los aparatos nuevos deben venir con manual de reparación y su fabricación debe estar hecha de forma que se puedan desmontar con herramientas convencionales cuando no se puedan ya reparar para mejorar así el reciclaje.
Didier Reynders el comisario de justicia explicaba en rueda de prensa en Bruselas los detalles de esta iniciativa, «Exigiremos a los vendedores reparar (los dispositivos) cuando el arreglo sea más barato o cueste lo mismo que sustituirlo». Además ha explicado que «El fabricante no podrá rechazar la reparación de una lavadora, salvo que esa reparación sea imposible».
De momento esta obligación se aplicará a los aparatos cuyo diseño permite la reparación en la Unión Europea, entre ellos electrodomésticos como lavadoras y televisores, aunque desde Bruselas explican que pronto se incluirán teléfonos móviles y tabletas en ese listado.
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