Según la normativa neerlandesa, un hombre puede donar su semen hasta un máximo de 25 niños para así evitar posibles problemas de incestos o consanguinidad. Pero en este caso se ha superado significativamente el máximo legal permitido y en palabras de la fundación, el hombre ha mentido sobre el número de hijos que ha tenido cada que realizaba la donación.
La parte denunciante asegura que el hombre se ha acercado en repetidas ocasiones a nuevas parejas para ofrecer su esperma. Por lo que se le exige la prohibición de su donación bajo sanción, ordenando que el esperma que esté almacenado en las diferentes clínicas sea desechado de inmediato. Eso sí, solo se le permitía seguir donando en aquellas situaciones en las que las madres ya cuentan con un hijo o hija de él para que los hermanos estén genéticamente relacionados.
Aunque este no es el caso, ya que esta misma fundación ya localizó años atrás a una decena de médicos especializados en tratamientos de fertilidad, que ya repitieron esta práctica usando su propio esperma sin pedir permiso a ninguno de los padres donantes.
Entre los casos destaca el nombre de Jan Karbaat, un doctor al que se le otorgaron hasta 91 hijos a través de las pruebas de ADN, aunque la fundación no descartaba que la cifra fuese mayor. Las alarmas saltaron cuando varias madres encontraron un parecido razonable de sus hijos con el médico y, sin dudarlo, denunciaron esta práctica en el Ministerio de Sanidad neerlandés. Casualmente, Karbaat murió en 2017 justo unos días antes de la cita judicial que tenía por el presunto abuso sexual y de poder como especialista en fertilidad.
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