Dedicar como mínimo un par de días a la semana a hacer el deporte que más nos guste nos beneficia no solo a nivel físico sino también a nivel mental. Pero y en verano, ¿debemos descansar también de hacer deporte o seguir haciéndolo?
La respuesta de los entrenadores parece tajante, NO debemos abandonarlo. El entrenador profesional Álvaro Oliver da en la revista Mujer hoy una potente razón para no dejar de hacer deporte en verano: «cambiamos también nuestros hábitos alimenticios, comemos de manera menos saludable y mayores cantidades que las que nuestro cuerpo necesita. Por tanto, hacer ejercicio nos ayudará a compensar los excesos.»
Desde cuidateplus.com explican que debemos tener en cuenta la cantidad e intensidad de ejercicio que practicamos durante el año. No es lo mismo correr maratones que caminar y hacer unas abdominales dos días por semana.
Lo normal en gente de ‘a pie’ es que el ejercicio forme parte de nuestro estilo de vida saludable. Si es tu caso la recomendación es bajar el nivel durante unos días pero «lo más recomendable sería aprovechar el verano para realizar otro tipo de práctica deportiva, diferente a la habitual el resto del año», explica en el mismo medio Noelia Belando, doctora en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, profesora titular e investigadora en la Universidad Europea de Madrid, además de coach y personal trainer.
Esta añade que el verano es «una época idónea para modificar el ejercicio habitual que estamos realizando la mayor parte del año y llevar a cabo otras actividades. La clave sería no frenar ni cesar la práctica deportiva, sino probar otras alternativas de ejercicio físico seguro, divertido, en compañía, en familia».
Los expertos de Brooklyn Fitboxing dan una serie de consejos para no abandonar durante las vacaciones los buenos hábitos deportivos. El primero de ellos por obvio que parezca, es no olvidarnos de meter la ropa de deporte en la maleta.
Además, recomiendan hacer entrenamientos cortos y eficaces, entrenamientos de alta intensidad que se puedan hacer en casa o en el parque indistintamente, que podemos alternar con otros más suaves como pasear, yoga o un entrenamiento de fuerza. Debemos procurar también que sean actividades que nos diviertan. Si estamos en la playa o tenemos piscina podemos nadar, otras opciones son hacer caminatas por la arena, salir a correr a primera hora de la mañana o a las últimas horas del día.
Pero desde luego no abandonar en ningún caso la práctica de deporte por mucho que sea verano. Y es que tal y como explica Sara Álvarez de Reto 48 a Vogue, el cuerpo y la musculatura tienen memoria y siempre costará menos recuperar el potencial y el ritmo después si entrenas regularmente el resto del año.
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