El primero de ellos el hielo, ya que muchas personas tienen la costumbre de masticar el que viene con nuestra bebida después de terminarla. Algo que puede perjudicar mucho nuestra dentadura, en la que puede ocasionar fisuras. «Masticar hielo produce muchas grietas sobre los dientes e incluso puede producir fracturas por tensión. Y realmente, incluso a veces no se ven esas fisuras y dan problemas en los dientes a largo plazo crónico hasta que finalmente se revela que está fracturado», explicaba.
Pero el hielo no es lo único a lo que se ha referido, también ha hablado del error de masticar palomitas de maíz o más bien los granos de maíz que quedan sin abrirse, algo que reconoce puede ser muy dañino para nuestros dientes. «Masticar los granos de maíz que no están abiertos también puede producir grietas, incluso fracturados», y se ha referido a algo más concreto, la cascarilla de esos granos que «también puede provocar lesiones en la encía.»
La experta también ha hecho alusión al ‘peligro’ de picar entre horas, algo que «expone a los dientes a azúcares y restos de alimentos. Entonces, hay que cepillarse después de cada comida» y ha aprovechado para insistir en la importancia de cepillarse la boca y pasarse seda dental para acabar con los restos de comida. Y es que el azúcar ataca especialmente el esmalte de nuestros dientes, por eso los odontólogos recomiendan evitar los alimentos con azúcares añadidos como dulces y refrescos carbonatados, que pueden provocar caries.
Pero además desde la web de la Clínica Dental Fernández Abarca hablan de otro tipo de alimentos que conviene evitar o reducir su consumo, entre ellos los cítricos, ya que aunque nos aportan vitaminas, su acidez debilita nuestra dentadura. El consejo es lavarnos los dientes después de consumirlos, además de «combinarlos con otras frutas o verduras que compensen su acidez, como la fresa o la zanahoria». Señalan también tres alimentos que tiñen nuestros dientes: el café, las salsas industriales (en especial el kétchup, la salsa de soja y el vinagre balsámico) y el vino tinto. La recomendación vuelve a ser cepillarnos bien después de consumirlos.
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