El más importante el riesgo de incendio ya que «Las castañas tienen una cáscara dura que encierra humedad. Cuando se calientan rápidamente en el microondas, esta humedad se convierte en vapor, creando una presión intensa, lo que las conviertes en pequeñas bombas de relojería», explican desde Telecinco. De ahí de la importancia de perforar la cáscara adecuadamente si no queremos que estas exploten y a su vez ocasionen un incendio en el interior del horno.
Pero este no es el único riesgo. También pueden ocasionarnos daños físicos, al abrir el microondas puede estallar frente a nosotros una lluvia de castañas ardiendo que nos pueden ocasionar quemaduras graves y daños en los ojos. Si a pesar de todo ello te decides a asarlas en microondas, asegúrate de perforarlas correctamente y de colocarlas en un recipiente apto para microondas, además de no perderlas de vista durante todo el proceso.
Un truco para que no te cueste pelarlas es escaldarlas, para ello mételas unos minutos en agua hirviendo, si se trata de castañas de tamaño medio bastará con tres o cuatro minutos, luego escúrrelas y ponlas debajo del agua fría, si antes les haces una incisión, te resultará más fácil. No te pases de tiempo porque podrías cocerlas.
Si las congelas una vez peladas serán un aperitivo estupendo. Elígelas grandes y brillantes y fíjate en que no tengan moho ni grietas en la piel. Guárdalas en un lugar seco, en un bote cerrado.