Aunque el deseo de los padres es ver a nuestros niños felices, hay momentos en la vida que, por muy poco que nos guste, van a sentir rabia o tristeza. Algo que no es del todo malo ya que las emociones son necesarias para nuestro desarrollo. Lo importante es cómo nos enfrentamos a ellas, si las bloqueamos o las enfrentamos.
Según los expertos debemos validar las emociones y no esconderlas. Por eso ayudarles a digerir y pasar esa tristeza es esencial, algo que conseguiremos educando a través del apego, el respeto y la escucha.
En declaraciones a la Revista Hola, la psicóloga Iratxe López explica que, “Cuando hablamos de emociones con nuestros hijos lo más importante es validar sus emociones, especialmente cuando se trata de la tristeza, que, en general, tendemos a restar importancia”.
Las relaciones no se construyen mediante una entrevista, permíteles que también te hagan preguntas y responde con sinceridad, de la misma manera que deseas que ellos lo hagan. De esta forma, os acercaréis, se fortalecerá el vínculo y os conoceréis mejor, lo cual es esencial para seguir acompañándolos en su crecimiento.
Y validar la emoción es ponernos en su lugar y comprenderles sin quitarle importancia a cómo se sienten. Una de las mejores maneras de empatizar con ellos y sus emociones es hablar.
Según la experta las frases que les digamos deben dirigirse a dar valor a lo que el niño está sintiendo en ese momento concreto. También es muy importante centrarnos en ellos y poner toda nuestra energía en nuestra conversación evitando distracciones externas.
Además López señala la importancia de predicar con el ejemplo: «….que cuando el niño muestre tristeza no emitan juicios. Es lo que peor hacemos los adultos. Frases tipo: ¿Eres un niño pequeño? Los niños grandes como tú ya no lloran, estás exagerando, deja de llorar, no es para tanto…”.
Y propone el uso de frases como: