Desde 20 minutos se refieren a un estudio realizado por la Universidad de Rutgers en 2016 en el que explican que «la transferencia de bacterias de una superficie contaminada a un trozo de comida puede ocurrir casi instantáneamente en algunos casos, lo que desmiente la regla de los 5 o 3 segundos.»
Por su parte, Donald W. Schaffner, uno de los autores del mismo, explica que cuanto más tiempo esté en la superficie el alimento, más bacterias se transfieren. Pero además habla de otros factores como que «las bacterias se transfieren del suelo a la comida húmeda a un ritmo más rápido que a la comida seca, por lo que el riesgo de un trozo de sandía es muy diferente al de una tostada o un dulce», según explica.
Otro factor a tener en cuenta es la superficie a la que cae el alimento en cuestión. La cantidad de bacterias no es igual en todas las superficies, según un estudio publicado en 2006 el Journal of Applied Microbiology: «las alfombras transfieren bacterias a los alimentos a un ritmo menor en comparación con superficies como las baldosas de cerámica».
En este estudio, además, tal y como explican desde La Vanguardia, «inocularon salmonella en suelos de baldosa, madera y moqueta. Cinco minutos después echaron pan y mortadela. Y al cabo de 5, 30 y 60 segundos midieron la cantidad de bacterias que se había transferido a los alimentos y repitieron la operación exactamente igual pero durante 2, 4, 8 y 24 horas. La conclusión fue que la cantidad de bacterias adheridas no dependía tanto del tiempo que pasaba cualquiera de los alimentos en contacto con la superficie contaminada, sino más bien de la cantidad de bacterias que contenía.»
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