Suzanne Higgs, coautora del estudio y profesora de psicología de la Universidad de Birmingham (Reino Unido) explica el hecho de que comer frente a la tele haga que comamos un 25% más en la siguiente ingesta, al hacernos sentir que no hemos comido lo suficiente en la anterior, «Si no estamos atentos en lo que comemos es muy sencillo que nos pasemos en las cantidades», explica.
De ahí la importancia de comer de manera consciente, algo sobre lo que este estudio también se pronuncia explicando que las que personas que comían conscientemente a medio día, acababan comiendo hasta un 10% menos en la cena. Insisten en que no se trata de hacer dieta sino de un «proceso de conocimiento para disfrutar realmente de la comida prestando atención a todos los sentidos y sensaciones».
Desde vitonica.es añaden, «ver la tele es un momento malísimo para ingerir alimentos a causa de que nuestro cuerpo está más pendiente de lo que vemos que de lo que comemos. A esto hay que añadir que la comida preferida mientras estamos delante del televisor son los snacks o aperitivos que normalmente suelen ser alimentos con un alto contenido en grasas saturadas y calorías vacías que lo único que nos aportan es colesterol sin nutrientes». Un efecto que » se agrava cuando aparecen anuncios de comida, y es que inconscientemente recibimos estímulos que nos incitan a comer más», matizan.
De ahí la importancia de, además de no comer frente a la tele, partir de un estado de relajación inicial antes de las comidas, para lo que es necesario, «antes de cualquier ingesta haz varias respiraciones que te sitúen mental y físicamente donde estás». Por su parte Desde la Fundación Española de la Nutrición (FEN) dan algunas otras pautas para iniciarse en este tipo de alimentación, como evitar comer sin hambre, comer sin prisas y en un ambiente agradable, prestar atención a lo que comemos y masticar despacio y saboreando los alimentos.
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