Pues bien, hoy una nueva sustancia «sale a la palestra», no se trata de una droga como tal, sino de un anestésico local muy utilizado en medicina deportiva, cuyo nombre comercial es Cloruro de etilo, sirve para aliviar el dolor al proporcionar una sensación de anestesia local en la zona en la que se aplica. Se suele usar en pequeñas lesiones o cuando se realiza un tatuaje.
Sin embargo, algunos adolescentes y jóvenes le están dando un uso bien distinto, lo inhalan para conseguir efectos euforizantes, usándolo como una droga. Entre los jóvenes consumidores se refieren a este medicamento como Clore, Cloretilo o Clore Party, como lo llaman en redes sociales dónde se ha vuelto a popularizar, ya estuvo de moda en los ochenta, por los videos que suben algunos jóvenes riéndose a carcajadas tras inhalarlo, tal y como explican en elconfidencial.com.
El cloretilo se vende sin receta en farmacias y se aplica pulverizándolo sobre la piel, al vaporizarse muy rápidamente produce un enfriamiento de la zona, que a su vez provoca una insensibilidad de los nervios periféricos. Su efecto es inmediato y dura poco.
Los jóvenes que lo inhalan, normalmente aplicándolo sobre la manga de un jersey o chaqueta, lo hacen buscando efectos eufóricos y excitatorios ya que además pueden acceder fácilmente a él y no hay ninguna ley que lo impida, además de que su precio es muy bajo comparado con sustancias como el tusi, la cocaína o la ketamina.
Desde niusdiario.com señalan como algunos de sus efectos adversos más frecuentes, «dermatitis de contacto, rojeces o sequedad en la piel…alteraciones en el comportamiento, siendo las más frecuentes agresividad, impulsividad y juicio alterado. Puede ocasionar arritmias, depresión del sistema nervioso o asfixia.»
Desde la web infodrogas.com recomiendan en caso de detectar estos síntomas en un adolescente acudir «lo antes posible al centro de salud más cercano, para que le sea administrado algún tratamiento de urgencia».
Respecto a la deshabituación explican que «sería conveniente una entrevista con los padres y el afectado y proporcionar pautas que lleven a la deshabituación, se valorará la conveniencia de acudir a algún centro especializado».
Y es que su inhalación, tal y como apunta la anestesióloga Elena Casado Pineda en El Confidencial, puede tener «efectos negativos que son bastante graves….No olvidemos que estamos hablando de un gas anestésico» y habla de otro de sus peligros, «no se pueden controlar sus dosis porque se inhala sin control, llenando los pulmones y llegando al torrente sanguíneo y al sistema nervioso central».
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