Champú de romero: retrasa la aparición de tus canas y, además, previene la caída

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Las canas son cabellos que están perdiendo las células que producen la melanina (melanocitos), el pigmento responsable del color del cabello. Factores genéticos, estrés o simplemente la edad hacen que al cabello le falte pigmentación y aparezcan. 

Muchas mujeres se han apuntado ya a la moda del pelo blanco, sin embargo otras muchas prefieren seguir disimulando sus canas. Si te encuentras entre estas esto te interesa. Hoy te damos la receta de un champú natural a base de romero que además de eliminar tus canas previene la caída del cabello

Aunque el efecto no es milagroso y depende mucho de cada persona, si eres constante y no tienes mucha cantidad de canas, puede ayudarte a que estas se vean algo más oscuras.

Ingredientes para hacer el champú de romero

Vamos allá con la receta, para hacer tu champú de romero, necesitas: 

• 2 ramas de romero fresco o seco 
• Champú libre de parabenos (o especial para bebé) 
• Una olla 
• 2 tazas de agua 
• 1 botella de plástico 

Pon las dos tazas de agua en una olla añade las ramitas de romero y déjalas hervir. Apaga el fuego cuando el agua cambie de color y tapa la olla, déjala reposar durante la noche. Cuela el agua de romero y echa en una botella de plástico el champú al que añadirás ese agua, déjalo reposar un par de días y estará listo. 

Desde mejorconsalud.com explican una variante que te ayudará a mantener el cabello oscuro por más tiempo, la combinación de quina y romero y explican que «se puede utilizar desde los 28 o 30 años de edad con el fin de evitar la pérdida de melanina que provoca las canas.»

Para ello necesitas tres cucharadas de hojas de quina (30 g), tres cucharadas de romero (30 g) y dos tazas de agua, cuando esta llegue a ebullición  agrégale la quina, baja el fuego y deja que hierva diez minutos más. Después añade el romero, apaga la infusión y déjala reposar tapado durante 20 minutos. Cuela la mezcla cuando esté fría y aplícatela después de lavarte el cabello, rociándola en el último aclarado y sin enjuagar al menos tres veces a la semana.