Cenas bien y sin embargo antes de que pasen cinco minutos te apetece tomar algo dulce, seguro que te reconoces en esta situación que no es nada rara por otra parte y que además tiene no un motivo, sino varios según los nutricionistas.
Lo explica la dietista nutricionista Carla Not, en Telva, «la razón química es que después de comer (según lo rápido que comamos), el azúcar de los alimentos empieza a circular por la sangre y esto actúa como llamada de la hormona insulina, cuyo fin es rebajar los niveles de azúcar en la sangre, para que no nos dé un «subidón», hasta aquí todo es normal, el problema es que cuando el cuerpo siente que está bajando el azúcar en sangre provoca apetencia por el dulce pese a no necesitar ingerir azúcar en absoluto, digamos que es un efecto secundario de la retroregulación de la propia hormona«.
Además el cansancio y el estrés también pueden provocarnos esas ganas de dulce después de comer, porque «frente al cansancio o la falta de sueño el cuerpo experimenta unas sensaciones similares a cuando tenemos el azúcar bajo«, explica.
También no consumir suficientes carbohidratos puede provocar un nivel bajo de azúcar en la sangre y esto a su vez que el cuerpo nos pida alimentos azucarados, explican desde 20Minutos.
Las nutricionistas Rachael Richardson, fundadora de Nutrolution, y Allyson Brigham, del Hospital Regional de Los Robles en California, en un estudio publicado en The Mirror, explican que el deseo de dulce después de comer puede responder también a deficiencias de hierro, calcio, magnesio y zinc. Y más concretamente en el caso del magnesio que este, «puede apoyar la regulación de la producción de insulina, lo que ayuda a mantener niveles bajos de azúcar. La falta de esta vitamina puede provocar antojos de comida dulce».
Y más razones para que esto suceda, los alimentos dulces pueden activar el sistema de recompensa del cerebro, que hace que las neuronas liberen mucha dopamina haciendo que el cerebro lo asocie con una experiencia positiva y lo convierta en hábito gracias a esa asociación. Por último hablan de algo que se conoce como ‘saciedad sensorial específica (SSS, por sus siglas en inglés)’ o ‘estómago de postre’ y que sucede cuando «comer un alimento específico se vuelve menos agradable porque te hace sentir demasiado lleno. A veces, comer un tipo diferente de comida, como un pastel o un dulce, se vuelve más deseable porque te hace sentir menos lleno», explican.
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