¿Cuántas veces te has comprado una crema y tras probarlo se ha convertido en un imprescindible en tu neceser? Seguramente pocas. Y es que resulta muy complicado escoger un producto que resulte compatible con tu piel y que cumpla el cometido para el que ha sido diseñado.
Es cierto que muchas veces por falta de paciencia no damos tiempo a que el producto acabe haciendo el efecto deseado, pero en otras ocasiones al usarlos durante un tiempo prolongado se genera el efecto contrario. ¿Cómo? Haciendo que la piel se estanque y que apenas notemos sus beneficios.
La experta en dermocosmética y formulación de PromoFarma, Aïna Munné explica los motivos por los que los productos de cosmética dejan de funcionar, más allá por supuesto de que esté caducado o de que no lo estés aplicando de forma correcta.
La especialista aclara que el tiempo en el que tarda en hacer efecto una crema, un sérum o cualquier otro producto cosmético siempre dependerá del tipo de producto y de todos los ingredientes que lo conforman.
Así que antes de desechar el producto, es importante trabajar la paciencia y dejar que este cumpla con su cometido. Al no tenerla, es habitual que decidamos buscar otro producto para que actúe rápido, sin ni siquiera esperar un tiempo prudencial en el que la piel hace su período de adaptación a ese producto.Aun así, la experta nos brinda una pequeña guía sobre los tiempos estimados en los que los diferentes productos que conforman nuestro neceser tardan en hacer su efecto:
Otro de los motivos por los que fallaría tu crema podría ser la resistencia de tu piel. Si eres de las que prueba todo tipo de productos y aún así, esta se mantiene intacta, estás dentro de este privilegiado grupo.
Por lo que, según esta línea, este tipo de pieles necesita una «cosmética cañera» en la que combinar diversos productos para sumar todos sus efectos. La experta en este caso recomienda aumentar «el porcentaje de ingredientes activos en los productos», como podría ser el caso de la vitamina C o el retinol. Y si presentas dudas, lo mejor será siempre consultar con un especialista en dermocosmética.
El sol es el mayor enemigo de la piel y si quieres que tu rutina siga resultando efectiva, debes utilizar siempre un protector solar. De hecho, algunos productos siempre funcionan mejor si la piel está protegida, como, por ejemplo, con vitamina C.
De esta forma, se consigue el efecto antioxidante y antimanchas al instante. Además, la experta recuerda que la exposición solar provoca un aumento en la pérdida de agua transepidérmica, lo que significa que podría provocarte una sensación de que todos los productos son menos hidratantes o no te hacen el efecto que deseas. Lo que significa que además de aplicarte la protección solar es posible que también necesites una dosis extra de crema antiedad.
Otro de los grandes motivos por los que no te funciona tu crema hidratante o sérum es el PAO de los productos, es decir, el tiempo marcado en el envase es el que refleja los meses que el producto dura en buen estado. Pasada esa fecha, el producto se considera que ha caducado y que su vida útil ya ha acabado, es decir, que no se garantiza la efectividad de todos sus beneficios.
Para que no se te pasa, Munné aconseja marcar un rotilador permanente la fecha de apertura de estos productos para que así te resulte más fácil identificar con un vistazo si el producto ha dejado o no de ser efectivo.
Si eres de las que piensa que el producto no se absorbe en tu piel con totalidad es posible que estés cometiendo algún error a la hora de aplicarlo. Para salir de dudas, primero es importante que apliques el producto sobre el rostro completamente limpio, lo que implica hacer una buena rutina facial, tanto de día como de noche.
Lo segundo es que tengas en cuenta el orden en el que aplicas los productos, ya que es uno de los pasos más importantes. Lo ideal, en palabras de la especialista, es empezar por los menos densos y luego continuar con los que son más densos.
Aunque la especialista en dermocosmética también recomienda probar otrosproductos que podría facilitar la absorción de los productos en la piel. Por ejemplo, aconseja elegir un tónico o un exfoliante que contenga gluconolactana, ya que las paredes de la piel se encontrarán mucho más receptivas a que se aplique cualquier tratamiento posterior.
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