Circulan muchos rumores acerca de la higiene personal; rumores que llevamos escuchando toda la vida. Un ejemplo de ello es el de lavarse el pelo todos los días o no echarse desodorante si no tienes la piel ‘limpia’.
Pero hay otro mito que todos nos hemos cansado de escuchar o de repetirnos: ducharse todos los días. Uno tiene a pensar que cuanto más te laves, más limpio estás o que a la mínima que nos sentimos algo sucios, lo mejor es frotarse con algo de jabón. ¡Error!
Un reciente estudio de la Universidad de Harvard ha tumbado esta afirmación y ha sacado a la luz todos los riesgos para la salud que suponen bañarse un día sí y al otro también, según recoge La Razón.
Tendemos a pensar que pasar por la ducha nos libera de la suciedad, las bacterias, los malos olores y los patógenos. Y, en cierto modo, así es. Pero esta investigación nos ha desvelado que los baños con demasiada frecuencia también tienen sus desventajas.
Concretamente, desde Harvard advierten de que esta práctica puede llegar a provocar picazón, irritación o infecciones en la dermis, además de llegar a incrementar la aparición de bacterias en el cuerpo.
Eso sí, en casos determinados, como después de haber realizado ejercicio físico o de haber pasado mucho tiempo frente a altas temperaturas o en ambientes sucios, sí es más que recomendable darse un ducha; aunque esta debería ser con agua tibia y sin apenas jabón o champú.
Sin embargo, hay opiniones diversas en este ámbito. Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS), ya señalaron que no importa tanto las veces que te bañas como el tiempo que le dedicas a ello.
Los expertos detallan que el tiempo ideal que deberíamos permanecer en la ducha es de 5 minutos por varios motivos: ahorrar agua y porque si le dedicamos más tiempo del necesario retiramos todas las bacterias y microorganismos de nuestro cuerpo, dejando nuestra piel más seca e irritada.
Asimismo, señalan que las duchas perfectas para deshacernos del mal olor y la suciedad sin tener que dejar nuestra dermis demasiado expuesta es hacerlo con agua tibia.
De la misma opinión es la dermatóloga del Grupo Pedro Jaén, Mayte Truchuelo, quien asegura en El Mundo que «la ducha puede resultar agresiva si se aplica en circunstancias o con elementos y productos que dañen el manto hidrolipídico que protege nuestra piel.
Pero puntualiza que «la falta de higiene también favorece la acumulación de patógenos que pueden entrar en el organismo fácilmente, causando enfermedades de diversa índole».
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