Los bombones con menos calorías del mercado: el estudio de la OCU que lo certifica

Además, han valorado su aspecto, su composición y su gusto

Ana Más

«Un dulce detalle para celebrar San Valentín, o porque es su cumpleaños… o simplemente porque te apetece, “porque hoy es hoy. Cualquier ocasión es buena para celebrar con un dulce bombón»,  esto es lo que dice la OCU sobre los bombones y precisamente por eso imaginamos que se han decidido a comparar nueve de ellos, de los que podemos comprar en un buen supermercado en los que además de su aspecto, su composición y su gusto, han valorado las calorias que aportan.

La conclusión de la organización de consumidores es que todos salen bien parados, aunque los mejor valorados pertenecen a marcas tan conocidas como Ferrero Rocher, Mon Chéri de Ferrero, Caja Roja de Nestlé, Milka Praliné, Lindor (6,99 €/200 g) o los pralinés de concha de Guylian (6,49 €/250 g)

De los Ferrero Rocher dicen que «combinan perfectamente un exterior crujiente con un interior cremoso». La caja de 200 gramos tiene un precio de 5,29 euros. De la Caja Roja de Nestle opinan que es una «buena combinación de crujiente y cremosidad».

Cómo guardar los bombones

Por otra parte desde la organización de consumidores han seleccionado los que menos calorias aportan, y ninguno de ellos llega a las cincuenta, en concreto los de las marcas Milka Praliné, After Eight y Mon Chéri.

Los Milka Praliné, están hechos de chocolate con leche y rellenos con mousse de chocolate o con crema de avellana, aportan  30 kcal por cada bombón y el precio por caja es de 7,89 € . La OCU destaca en ellos  «buen envasado, buen brillo y chocolate fino».  

De los After Eight, de chocolate negro y rellenos de menta, dicen que son «sofisticados, brillantes y ligeros». Cada bombón aporta 36 calorías y la caja cuesta 4,39 euros y los Mon Chéri, hechos con un envoltorio de chocolate amargo con cereza y rellenos de licor, aportan 47 kcal y la caja de 15 unidades tiene un precio de 4,49 euros.

Respecto a la manera de conservarlos la OCU aconseja no meterlos en el frigorífico ya que la humedad hace que pierdan el el brillo y el frío los vuelve blanquecinos al provocar que salga a la superficie la manteca de cacao y añaden que no vale cualquier armario a la hora de guardarlos ya que al ser permeables a los olores «si están mal conservados durante un tiempo, cogerán olores ambientales y de los productos que tienen alrededor».

Lo ideal explican es «si vas a conservar una caja cerrada, hazlo en un lugar fresco y seco. Si ya está abierta… nuestro consejo es que compartas tus bombones con quien sí vaya a consumirlos».

 

 

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