Si eres de las que tienes la misma ilusión que cuando eras niña a la hora de poner el árbol de Navidad, lo que te vamos a contar ‘te va a venir de lujo’, aunque quizás caigas en que has estado colocando las bolas en el árbol mal, un montón de años. Y es que se trata prácticamente de un ritual, lleno de significado y nostalgia, pero hacerlo y conseguir un resultado bonito y sobre todo duradero implica algunos pasos.
Lo primero es seleccionar las bolas, algo en lo que tiene mucho que ver nuestros gustos, hay quién prefiere bolas brillantes, mientras que otros eligen opciones más mate y tradicionales. Lo más importante es que la elección refleje tu estilo personal y el ambiente que deseas crear en tu hogar.Una vez que hayas elegido las bolas, es hora de distribuirlas de manera equilibrada en el árbol.
Comienza colocando las bolas más grandes y pesadas en las ramas inferiores, continúa con las bolas medianas y finaliza con las más pequeñas en la parte superior. Así conseguirás una sensación de proporción y armonía. Además evita juntar bolas de diferentes colores, para lograr un efecto equilibrado trata de dispersar las bolas.
Coloca las bolas de Navidad en tu árbol así
Una vez escogidas, llega el momento de colocarlas, algo que probablemente sueles hacer con un simple nudito en cada rama, con el que las bolas quedan tan poco sujetas que solo con rozar el árbol al pasar por su lado, hacen que se caigan.
Desde la revista Clara hablan de un reels en Instagram de @dulcementenadia en el que esta usuaria cuenta cuál es la forma correcta de colgar las bolas en el árbol de Navidad para que no se caigan nunca más al suelo. Nada de colgarlas haciendo un nudito en cada rama como toda la vida. El truco está en desenroscar la parte de arriba de la bola dándole varias vueltas, entonces «esta pieza se quita y el enganche de metal donde lleva colgando el lazo se puede sacar por el agujerito», explican y añaden que lo siguiente es colocar la pieza plateada en el árbol, para después «meter por su pequeño agujero superior el enganche de metal y volver a enroscar la bola en esta pieza plateada». Así conseguiremos que la bola quede bien sujeta al árbol y no se mueva por mucho que lo movamos. Ahora, ¡a disfrutar de lo bonito que nos ha quedado!