Conflicto Israel y Palestina

Así ha sido la reacción de un padre al enterarse de que su hija ha muerto durante el conflicto entre Israel y Palestina

La pequeña de 8 años se encontraba en una fiesta de pijamas cuando Hamas atacó su región

Andrea Romero

En medio del conflicto bélico entre Israel y Palestina, miles de historias personales conmueven al mundo, como la que acaba de vivir un ciudadano irlandés que recibe la peor noticia que podría recibir un padre: su hija de 8 años había fallecido.

Thomas Hand, un irlandés residente en el kibutz de Be’eri, vivió una pesadilla que pocos pueden imaginar. Durante 48 horas, estuvo sin saber nada de su pequeña Emily. Fueron dos días de angustia y dolor, ya que la última noticia que tuvo de ella fue que había ido a celebrar una fiesta de pijamas junto a sus amigos.

Lo que ocurrió fue que, esa misma noche, Hamás irrumpió en su kibutz, llegando a masacrar a unas 100 personas. Durante unas doce horas, su región estuvo bajo fuego, por lo que perdió el rastro a su hija. Tras lo sucedido, Tomas ha contado su desgarradora versión a la CNN.

Así es la versión de Thomas sobre el conflicto entre Israel y Palestina

«Encontramos a Emily, había fallecido, y yo dije ‘¡SÍ!’, y sonreí, porque eran las mejores noticias dentro de las posibilidades. Era la posibilidad que yo estaba esperando, ya que estaría muerta o en Gaza, y si sabes la mínima cosa de lo que hacen con las mujeres en Gaza… es peor que la muerte (…) La muerte fue una bendición absoluta», contaba el irlandés derrumbándose totalmente ante la televisión.

Pese a ello, el padre afirma que la situación podría haber sido peor si su hija hubiese estado en Gaza: «No tendrían comida. No tendrían agua. Estaría en una habitación oscura llena de Dios sabe cuántas personas. Y aterrorizado cada minuto, hora, día y posibles años por venir».

El martes, las Fuerzas de Defensa de Israel permitieron a periodistas visitar Be’eri, el kibutz donde vivía Thomas y su familia. Este kibutz, situado a cinco kilómetros de la frontera con Gaza, solía ser conocido como una comunidad artística y agrícola que albergaba a 1.200 personas. Sin embargo, las recientes tragedias han dejado una cicatriz imborrable en el corazón de esta comunidad pacífica. La historia de Thomas Hand y su hija Emily sirve como un recordatorio conmovedor de las consecuencias humanas de un conflicto que parece no tener fin.

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