Además de lo que esto supone a nivel climático, las altas temperaturas vienen acompañadas de grandes alarmas para la ciudadanía, pues con ellas son habituales los golpes de calor, mareos, deshidratación y otros problemas de salud que ahora los expertos asocian al estrés térmico.
Este término ha surgido recientemente, pero muchos son los que señalan la importancia de que las personas se familiaricen con él. El estrés térmico se refiere al comportamiento de nuestro cuerpo ante las condiciones meteorológicas, que no únicamente están relacionadas con la temperatura, sino también con otros factores como la humedad, el viento o la exposición al sol.
«35° con poca humedad puede suponer estar incómodo, pero esa misma temperatura con una humedad alta, como el 80%, se convierte en algo peligroso«, explica a El País Ivana Cvijanovic, autora del estudio Npj Climate and Atmospheric Science.
Si nos centramos en la época de calor a la que nos toca enfrentarnos, los expertos señalan la importancia de hacer llegar a todo el mundo los peligros del calor con todos los parámetros, pues «si hay altas temperaturas y una humedad muy alta, hay más posibilidades de sufrir un golpe de calor«.
Es esencial que la población esté al tanto de ello, pues los investigadores aseguran que este tipo de situaciones de extremo calor serán cada vez más frecuentes, por lo que es conveniente saber a lo que nos podemos enfrentar para prevenir situaciones de peligro.