Además, en otro orden de cosas, la exconcursante ahora intenta retomar unos hábitos lo más saludables posible poco a poco. Y es que el tema de la comida la trae de cabeza últimamente. Incluso hace unos días mostraba a través de su cuenta de Instagram lo hinchada que tiene la tripa tras su paso por el reality, en el que precisamente se comentó y mucho su escasa pérdida de peso, tan solo tres kilos. Un hinchazón que a día de hoy persiste tal y como ella misma ha mostrado.
«Peso más que nunca», ha dicho. Algo que es relativamente normal en los concursantes de Supervivientes, que suelen sufrir una rápida pérdida de peso pero también una rápida recuperación de esos kilos perdidos cuando vuelven a España y retoman una alimentación normal. Adara además ha reconocido que lo más duro de estos cuatro meses ha sido el hambre y ahora está algo obsesionada con comer todo lo que allí no pudo.
Ahora por el momento se ha tomado unos días de descanso junto a Bosco Martínez-Bordiú y otro de los concursantes, Jonan Wiergo y su pareja, con los que han hecho una escapada a plena naturaleza zamorana dónde han disfrutado de un montón de aventuras que han compartido en sus redes.
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