«Un misil directo a la línea de flotación» del aceite de oliva, así define esta práctica la Unión de pequeños agricultores de Andalucía. Hablamos de algo que han definido como blends y que consiste en mezclar aceite de oliva y de girasol para conseguir un producto más barato. Aunque la práctica está prohibida en España, se está haciendo en Portugal y el aceite resultante ya se vende en nuestros supermercados hasta tres y cuatro euros más barata.
Desde lavanguardia.com explican que, «La organización agraria UPA denunció a finales de abril la venta «engañosa» en supermercados españoles de aceite de oliva que los envasadores mezclaron con girasol de forma «camuflada» en Portugal para abaratar el precio y atraer consumidores.»
Se trata de una práctica legal a nivel europeo. Sin embargo, en España es mucho más inviable ya que aquí la normativa de calidad y trazabilidad es mucho más exigente. Y es que tal y como apuntan desde el mismo medio, «La normativa europea permite a los Estados miembros de la Unión Europea (UE) prohibir la producción en su territorio de las mezclas de aceite de oliva y otros aceites vegetales para consumo interno, algo que recoge la norma española de calidad del aceite de oliva», «Sin embargo, los países de la UE no pueden prohibir la comercialización en su territorio de tales mezclas procedentes de otros países ni la producción en su territorio de dichas mezclas con vistas a su comercialización en otro Estado miembro o a su exportación».
Más allá de las acusaciones de competencia desleal y de ‘desprestigiar’ la imagen de marca del aceite español, el blend produce más opacidad en el mercado. Desde xataka.com ponen un claro ejemplo, el de la marca La Andaluza, que «se vende como ‘Aceite Picual Blend’ y, aunque aclara en la etiqueta que es mezcla de oliva y girasol, la industria olivarera teme que despiste a los consumidores y dañe, aún más, una cultura del aceite de oliva en franca decadencia».
Aunque se trata de una práctica surgida en respuesta al encarecimiento del aceite de oliva derivado de la escalada de costes de producción y de la corta campaña como consecuencia de la sequía, tal y como explican desde lavanguardia.es, la UPA ha mostrado su indignación ante lo que califican de «venta engañosa», pues «perjudica seriamente a los olivareros y a toda la cadena del aceite de oliva, al desprestigiar un producto que está en la cúspide de la pirámide de la dieta mediterránea», explican.
Además la industria admite que «la mezcla de aceites de oliva y de girasol es un caso «minoritario» que ha ido tomando «cierta relevancia» ante los altos precios del de oliva, lo que está reduciendo su consumo».
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