Los ataques de hambre son el principal enemigo del peso pero la buena noticia es que se pueden controlar. Pueden aparecer en cualquier momento y su causa suele ser la ansiedad, algunos medicamentos, la falta de sueño, los cambios hormonales, el frío e incluso aditivos como el aspartamo, explican desde el centro médico estético drbline.com.
El problema, explican, es que cuando nos asalta el hambre tendemos a consumir, «alimentos procesados, muy calóricos o con mucho azúcar. Cuando tomamos un alimento con un alto índice glucémico, el nivel de azúcar en sangre aumenta más de lo normal y para poder contrarrestarlo, el páncreas produce insulina. Como consecuencia, la glucosa baja y volvemos a tener hambre de nuevo».
Por eso puedes tener frutos secos, fruta, yogures sin azúcar, chips de batata o de kale, hummus y crudités, encurtidos…en la despensa y evitar los procesados, esto hará que controlar el hambre sea mucho más sencillo, explican desde la revista Semana.
Hambre a raya con estos tips
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Desde el centro médico estético del Dr. Bline apuntan algunos otros consejos que pueden ayudarnos a controlar ese hambre voraz:
Respetar los horarios de las comidas. Recomeindan hacer tres comidas principales y dos tentempiés (a media mañana y a media tarde).
Beber mucho líquido para producir sensación de saciedad
Incorporar a nuestros desayunos «cereales integrales, galletas y fruta. Esto ayudará a que el sistema digestivo funcione en óptimas condiciones»
Dejar fuera de nuestra vista los alimentos más calóricos y poner en su lugar frutas y snacks saludables
Utilizar platos pequeños «de postre para ‘engañar’ al cerebro y tener sensación de saciedad más rápido»
Evitar en la medida de lo posible la ansiedad y el estrés ya que provocan que «el cerebro estimula las glándulas suprarrenales…que liberan cortisol, una hormona que aumenta la motivación, incluidas las ganas de comer…»
Darnos un capricho de manera puntual, como una onza de chocolate negro, un yogur griego con semillas y fruta o unas tortitas de avena con un poco de miel y canela
Dormir bien ya que si no, «a lo largo del día tendrás más hambre y te apetecerán alimentos más calóricos (sobre todo dulces).» Y es que «La falta de sueño provoca un desajuste hormonal en el que la leptina, la hormona de la saciedad, disminuye sus niveles, mientras que la grelina, que es la hormona del hambre, los aumenta», explican desde Semana, desde donde aconsejan además no ir al súper con hambre ya que caeremos en la compra de ultraprocesados