Pero los egipcios no fueron los únicos antepasados en usar este valioso producto. Muchos atestiguan que fue el propio Homero, autor griego de La Ilíada y La Odisea, quien se refirió a este ingrediente por primera vez como ‘oro líquido’, y no fue solo por su color, sino porque se consideraba como todo de la zona del Mediterráneo.
Además de ser tratado como un verdadero tesoro entonces, ahora se ha convertido en un elemento indispensable en nuestra dieta y nuestra cocina, aunque no solo sirve para freír o aliñar.
Todos conocemos la amplia variedad de usos que podemos sacarle al aceite de oliva en recetas y elaboración de platos, pero aquí te mostramos 5 trucos (casi) desconocidos de este ingrediente:
Quemaduras: el primer paso tras sufrir una quemadura es siempre refrescar la zona, pero también ayuda verter un poco de aceite en la herida, ya que, como hemos mencionado, este producto es un potente hidratante para la dermis y, además, reduce el riesgo de infección.
Lubricante casero: puede ser útil para evitar la oxidación de determinadas piezas de metal, así como para acabar con el chirrido de las bisagras o engrasado de cadenas, pero también como lubricante de vehículos de motor.
Protector gástrico: es un truco heredado de nuestros abuelos; el de tomarse una cucharada de aceite de oliva en ayunas para reducir la acidez, ya que este líquido forma una película en la pared gástrica, de manera que favorece el tránsito intestinal y la absorción de vitaminas y nutrientes. Los hay que se lo toman también antes de ingerir elevadas cantidades de alcohol.
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