Los expertos parecen estar de acuerdo en que el yogur más sano es el completamente natural, el yogur de toda la vida…por muy agrio que este nos sepa. Y es que tal y como explican desde TELVA, «su contenido en azúcares y grasas naturales no sólo no perjudica a tu salud, sino que la beneficia a nivel cardiovascular, inmunológico, etc… «
La cuestión es distinguir el yogur más sano de la nevera de nuestro supermercado habitual. Para ello algo esencial es mirar la etiqueta. Un truco es coger el que tenga menos ingredientes, es decir aquel en el que la lista de los mismos sea más corta, así de sencillo. El mejor yogur es el que lleve solo leche y poco más.
Una buena opción para enmascarar un poco su sabor si no te gusta demasiado el yogur natural, es mezclarlo en un bol con fruta variada, no tendrá nada que ver y además piensa que entre sus propiedades está el aporte de calcio, esencial para una buena salud de huesos y dientes, además de su alto contenido en vitamina B12, tan importante para prevenir enfermedades cardiacas. Además de aportarnos fósforo y potasio que refuerzan nuestro sistema inmunológico.
Y si a pesar de todo se te hace duro limitar tu consumo de yogures a los estrictamente naturales, prueba los bajo en grasas, los probióticos, los vegetales, los griegos, los sin lactosa… pero eso si, escoge siempre aquellas variedades que no tengan azúcares añadidos y cuya lista de ingredientes sea corta. Y es que en este caso como en otros muchos, menos es más.
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