Es evidente que es mucha la gente les adora y tanto que un grupo de científicos han querido entender mejor el por qué de este amor gatuno. Para ello han realizado varios experimenteos para ver por qué nos resultan tan adorables.
Entre estos científicos se encuentra el Japonés Hiroshi Nittono, de la Universidad de Hiroshima, que mostró a un grupo representativo de personas una serie de fotos de gatitos, a la vez que les preguntó cómo se sentían al verlas.
Parece ser que el resultado fue similar al que se produce cuando miramos fotos de bebés humanos y no sólo eso sino que contemplar fotos de cachorritos parece que logra que nos comportemos de forma más cuidadosa.
Pero hay más motivos, nos ayuda a relajarnos, a concentrarnos y a solucionar con mayor éxito tareas cognitivas, como resolver un puzle.
Por otra parte el antrozoólogo inglés John Bradshaw realizó un experimento en el que dos de cada tres personas resolvieron mejor los juegos mentales y rompecabezas que se les propusieron después de ver imágenes de gatitos.
Según recoge eldiario.es esto se debe a que “ tenerlos delante nos hace prestarles atención y parece activar en nuestros cerebros los mecanismos necesarios para concentrarnos y actuar de un modo más cuidadoso; justo lo que necesitamos para cuidar de un bebé. Pero, también, para resolver acertijos o juegos de agudeza mental. “
Contemplar imágenes de bebés humanos hace que centremos más nuestra atención, algo a lo que los científicos ya han puesto nombre: el «poder de lo adorable», algo que sirve también para los bebés de otros animales (perros, los elefantes, nutrias, osos, ovejas y pequeños terneros).
A esto hay que añadirle que los rostros de los gatitos imitan rasgos de los bebés humanos, cómo tener unos ojos grandes en una carita pequeña y redondeada.
Por otra parte su maullido comparte frecuencias con el llanto de los bebés humanos, otro rasgo que les convierte en irresistibles para los humanos. Por eso entre otras cosas nuestro cerebro no puede evitar reaccionar con cariño al verlos.