Quizá no te hayas dado cuenta pero tu hogar no es el refugio sacro que imaginas. En él, en tu casa, existen productos y materiales que liberan sustancias tóxicas que pueden dañar tu salud.
Son sustancias que, además de en las paredes y techos, también encuentras en artículos que voluntariamente tú has elegido: decoración, aislantes, pinturas, plásticos, productos de limpieza para el hogar, pesticidas para el jardín y las plantas de interior, ambientadores, productos de aseo e higiene personal, etc.
Incluso, el primer chorro que sale del grifo de agua es mejor que no lo bebas. Te lo explicábamos hace poco en este artículo.
La fundación Vivo sano ha compartido desde hace años este pequeño reportaje en redes sociales para concienciar de cómo el mundo moderno ha sido invadido por la química sintética.
Y es precisamente en nuestras casas o en sitios cerrados donde solemos pasar más del 90% de nuestro tiempo.
El exceso de sustancias nocivas al que estamos expuestos, puede ser el principio de algunos problemas de salud, unos más graves que otros, como asma, alergias, problemas de infertilidad e, incluso, deficiencias cognitivas en los niños.
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