Y es que las moléculas de aroma que componen el perfume, tienden a evaporarse por factores como la sudoración, la adherencia en la piel y la manera de aplicarlo. Pero sí hay algunas cosas que puedes hacer para que el olor del mismo dure más.
La primera de ellas es escoger el adecuado para ti. No basta solo con que te guste su aroma, debes tener en cuenta factores como el ph de tu sudor y tu tipo de piel. Si tu ph es fuerte o tu piel muy seca escoge mejor fragancias fuertes y concentradas.
El mejor momento para aplicártelo es después de la ducha, ya que es cuando tienes los poros de la piel más abiertos y esto facilita que se absorba mejor. Respecto a dónde ponerte el perfume: las muñecas, el cuello, las clavículas y detrás de los lóbulos de las orejas es donde más perdura.
Un truco para que dure más es aplicar un poco de vaselina en esos puntos antes de aplicártelo. Esto ayudará a que el perfume se fije con mayor intensidad y se mantenga fresco por más tiempo.
Aplicar un poco en tu ropa y cabello también hará que la intensidad del aroma sea mayor, aunque nunca directamente. Una opción es pulverizar el perfume al aire y colocarse debajo para que así el perfume caiga en el pelo y la ropa pero de manera más indirecta.
Utilizar toda la gama de un mismo perfume, crema hidratante, gel exfoliante, desodorante, crema de manos y jabón también hará que el olor de tu fragancia sea mucho más duradero.
Y por último, algo de historia. ¿Sabes dónde nace el perfume? El origen de este se sitúa en Oriente. La primera información gráfica que existe está en las tumbas egipcias, ya que se utilizaban fragancias naturales para aromatizar los sepulcros.