¿Qué tiene esta celebración que la hace tan especial? ¿Será el encanto del fuego, el aire fresco del mar o la emoción de vivir la noche más corta en buena compañía?
El caso es que miles de personas viven este festejo con más exaltación que Eurovisión. Quizá te sorprenda, pero esta fiesta va mucho más allá de comer y beber medio desnudo junto al fuego, como si no hubiera un mañana. Y no, no tiene nada que ver con el deseo de quemar los apuntes de clase o las facturas de la luz. Su origen está relacionado con empezar de cero y lavar las malas energías.
¿Sabrías apuntar al menos cinco tradiciones en la fecha más señalada de junio? Te las descubrimos.
El fuego y las hogueras son las principales protagonistas de la noche. Saltar el fuego en la playa, bajo la luz de la luna, es el precepto básico para que se cumpla un deseo.
Estarás tocado por la buena suerte y por un don atlético, y es que, para atravesar esas llamas, hacen falta valentía y aguante. No lo intentes si no te ves capaz.
Corre a por papel y lápiz. Escribe tu lista de deseos. No importa lo larga que sea. Tampoco te pases, eso sí. A ver si vas a tener más pretensiones que tiempo para cumplirlas. Quema la retahíla de peticiones en el fuego y cruza los dedos. Si se te cumplen todas, no dudes en contárnoslo.
Antaño (sí, cuando no existían las redes sociales) se comunicaban con señales de humo. Hoy, Cupido acude a tu llamada si prendes dos velas rojas. Este color es el de la sensualidad y el enamoramiento. Si para ti no existe nadie como tu pareja, no las necesitas. Pero sí una blanca, que sirve para pedir un deseo. Después, solo tendrás que verla consumir.
¿Quieres recuperar a tu media naranja? Si tu error fue incluir en vuestra cama a una tercera persona, olvídate; las tradiciones, milagros no hacen. Pero si lo vuestro es una riña que no sale de madre, corre a la cocina y coge un bol. Llénalo de agua y suelta dos agujas. ¿Se juntan? Eso mismo pasará con vosotros. Esperanzador, ¿no?
Si en tu infancia no tuviste ocasión de ir de recolecta con tus amigos al campo, acude con tus hijos. Romero, tomillo… Los buenos aromas traerán también buenas noticias, como tu hermano, el estudioso, cada fin de trimestre con sus notas. La costumbre obliga a colgar el material en las ventanas. La suerte está contigo.
El agua es otro de los elementos protagonistas. ¿Sabías que la leyenda dice que darse un baño a media noche en el mar ayuda a purificar tu alma? Verano, playa y fiesta. Crees en esta tradición con los ojos cerrados, ¿verdad? Otro de los hábitos relacionados con esta noche tiene que ver con la fertilidad. Se cuenta que si una pareja salta siete olas, acabará concibiendo un niño. Animado estás, ¿o no?
También te dará suerte lanzar al agua una flor, una moneda o una fruta. De espaldas, eso sí. Este ritual es ideal si eres friolero. Has de saber, además, que si te lavas la cara en pleno mar cuando llegan las doce, no perderás el zapato como Cenicienta, sino tus malos augurios. Todos estos métodos sirven, en definitiva, para lo mismo: renovarse. ¡Y este verano es el tuyo!
Ahora que ya conoces algunas de las tradiciones de la noche del 23 al 24 de junio, ¿te animas a probarlas todas?