Lo primero y más importante es escoger el tinte adecuado. Antes de comprarlo, opta siempre por el que más se parezca a tu color natural o al color actual de tu cabello. Además procura comprarlo en tiendas de productos de peluquería, la salud de tu pelo lo notará.
Lo normal es que encuentres dos tipos de coloraciones: permanente o semipermanente, esta última dura unas cuatro semanas y se va con los lavados y la permanente no se va con el lavado pero cuando tu pelo vaya creciendo tendrás que ir retocándolo.
En declaraciones a la Revista Telva los especialistas de Syoss recomiendan no cambiar el color de nuestro cabello más de dos tonos, si tienes la piel oscura los tonos que más te van son los negros, marrones y rojos y si tu piel es clara mejor utilizar tonos caramelo, castaños y rubios oscuros.
Si tienes muchas canas y aplicas un color muy vivo, ten en cuenta que el resultado puede ser algo más claro de lo que esperas. Y si ya llevas tinte el resultado puede ser algo menos intenso de lo esperado, sobre todo si el tono que has escogido es más claro que el que llevabas. Sin embargo si llevas un tinte rubio muy claro el resultado será más intenso.
Si habitualmente te tiñes con el mismo tono, retoca sólo la raíz, para ello debes aplicar 2/3 partes de la mezcla únicamente en la parte de las raíces y pasados unos 20 minutos y luego aplica el resto del producto en todo el pelo. Y ten en cuenta que cuanto más dañado esté tu cabello más poroso será y absorberá más el color sobre todo en las puntas.
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