Cuando nos enamoramos y comenzamos una relación nos sentimos felices, pletóricos y con el ánimo por todo lo alto, sin embargo muchas veces el amor termina por debilitarse: desenamorarse es algo que suele suceder de manera gradual pero puede haber algunas señales que te sirvan de aviso.
Una de las primeras es dejar que el resentimiento se instale en tu cabeza y no comunicarle a tu pareja los problemas, puede ser un síntoma de no estar recibiendo el apoyo que necesitas por su parte. Esto puede llevarte a no querer pasar mucho tiempo con él o ella.
Uno de los primeros síntomas de la desafección entre una pareja es la indiferencia: suele ir acompañada del aburrimiento, el tedio y la desgana. Cuando uno es consciente de lo que le pasa, llega un estadio de «depresión» que ahoga, que empieza a limitar tu día a día y que provoca una dinámica que deriva en enfrentamientos, reproches y dolor.
Sentir indiferencia hacia tu pareja o desinterés debe hacerte saltar las alarmas también. Lo mismo que si deja de apetecerte hacer planes con él o ella. Si priorizas las emociones de los demás sobre las de tu pareja o sientes la necesidad de quejarte con mucha frecuencia de ella con alguien de confianza y, sin embargo, no hablas con ella directamente con honestidad.
Por último, un indicador de que las cosas no van bien puede ser que ya no sientas atracción por él o ella sexualmente.
La buena noticia es que si te sientes identificado con alguna de estas situaciones o sentimientos probablemente no todo esté perdido y seguramente solo sea fruto de una época de más estrés en alguna de las partes de la pareja o de una discusión puntual que ha podido enquistarse. Con amor, ganas y si lo necesitas algo de ayuda psicológica, seguramente volverás a sentir aquello que sentiste un día.
Muchas veces estas señales pueden ser sólo una alarma para que cuides más tu relación y no vayan mucho más allá.
El portal psicología online tiene un artículo en el que habla de los síntomas más comunes de este proceso que nos lleva a desenamorarnos
Hace referencia a la frustración y el resentimiento que invade a los miembros de la pareja al comprobar que se ha perdido el tiempo con una historia de amor que ha fracaso.
Tristeza y enfado por ello, sobre todo por la parte de la relación que se ha sentido rechazada. Muchas veces el desenamoramiento es unilateral.
No hay nada peor que un amor no correspondido: sabes que has dado tanto de ti, que te has entregado con el alma y te sientes engañada.
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