Cuando lo verbalizó aclaró inmediatamente que su separación de Ezequiel Garay no había sido el motivo que le había hecho llegar a esta situación, que tan sólo había sido «una piedra más que cargaba en su mochila vital».
La joven se encontraba tan mal que se vio obligada a parar y a ponerse en manos de profesionales que le ayudaran a superar traumas del pasado y explicaba que estaba yendo a un psicólogo y a un psiquiatra para superar, «una caída producida por «una suma de pesos en la mochila».
A pesar de que su entorno se esforzó para que Tamara viera a su padre cómo «un hombre elegante, guapísimo, con educación, culto y trabajador», la realidad era totalmente distinta, llegando a extremos cómo los que ha desvelado la joven, «Mi madre incluso le vio un día pincharse delante de mí», contaba.
Su madre había apostado por ayudarle a salir de las drogas y formar una familia con él con tan sólo 19 años pero la cosa no salió bien y tuvieron que separarse cuando la niña tenía tan solo tres meses. Javi, que así se llamaba, se recuperó pero al no poder ver a su mujer y a su hija todo lo que quería tuvo una fuerte recaída, que provocó un antes y después en la relación de sus padres y que terminó costándole la vida a su padre.
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