Daniel Kahneman y Angus Deaton, son dos profesores de la Universidad de Oxford y además premios Nobel de Economía, que han estado investigando acerca de este tema y la conclusión a la que han llegado es que si. La cifra concreta es 100.000 euros al año, es decir, unos 8.333 euros al mes, una cifra a la que en España solo llegan un 0,57% de la población.
Desde la web de Antena3 apuntan otra forma de calcular cuanto dinero necesitamos para ser felices, » pensar en todo lo que necesitamos o queremos, y posteriormente cuantificar cuánto cuestan todos estos deseos: gasolina, comida, alquiler, internet, vacaciones… En total serían unos 6200 euros al mes de gastos. « Es decir con lo que proponen los profesores de Oxford estaríamos ahorrando incluso unos 2000 euros al mes.
Sin embargo, en declaraciones a ABC, Michael Plant doctor en Filosofía Moral y miembro del equipo de investigación del Wellbeing Research Centre, un centro de la Universidad de Oxford que estudia el bienestar emocional, además de fundador y director del Instituto para unas Vidas más Felices que analiza el coste y la efectividad de los recursos dedicados a la mejora de la felicidad mundial, explica que «La salud y la riqueza no son importantes en sí mismas, solo importan porque mejoran nuestro bienestar subjetivo. El dinero y el éxito cuentan mucho menos de lo que la gente piensa para ser feliz. Esto se conoce como ‘la paradoja de Easterlin’. El PIB per cápita aumenta en Occidente desde los años cincuenta del pasado siglo, pero los niveles de felicidad están estancados. Las relaciones personales, la conexión emocional, cuentan más.»
Y es que el mismo medio habla del último Barómetro sobre vida, dinero y felicidad de Creditea publicado en septiembre de 2021, » aunque queda reflejado que el 20% de los españoles asegura que necesitaría «mucho más dinero del que tiene para sentirse feliz» y el 53% reconoce que le ha costado conciliar el sueño debido a un problema económico. Sin embargo el 90% de los encuestados afirma que aunque el dinero da tranquilidad, «no es algo prioritario en su vida», situándolo por debajo de la familia, seguida de la salud, la amistad y el bienestar emocional. «